
No me gustan las campañas electorales. Más claro: las detesto. Son excesivas en todo. Ruidosas y mentirosas. En mi opinión, deberían ser solo unos días tasados destinados para que los gobiernos de cualquier administración pública rindieran cuentas al ciudadano de sus ejecutorias y avanzaran sus propuestas futuras. Y la oposición, Seguir leyendo