Etiqueta: salud

La mala reputación

Paula Nevado

Georges Brassens – el cantante poeta francés que nos dejó una montaña de vinilos en los que sonaba la vida sin hojarasca: saliva y poema; pobreza y opresión, y la necesidad tanto de protestar como de amar siempre y en cualquier circunstancia – logró que entre su torrente de canciones Seguir leyendo

Pedid agua del grifo

Paula Nevado

Es asombrosa la cantidad de patrañas que se inventan -e incluso terminan por hacerse creíbles- acerca de nuestra alimentación, formas de vida saludable, acicalamiento, belleza y estilo. Gran parte de ellas vienen avaladas por “estudios científicos” dictados por afamados profesionales de variadas especialidades, recomendados por creadores de moda e “inventores Seguir leyendo

El trío de la bencina

Paula Nevado

Sal, grasa y azúcar se han convertido en pocos años en los principales enemigos del mundo, o del ser humano para ser precisos. No son la bomba atómica, el paro, la desigualdad, o esas aves de rapiña que se vienen quedando con el poder del mundo, ya sea en Moscú, Seguir leyendo

Un mundo sin referencias

Paula Nevado

Mi vecina Angus no cree a los alarmistas,  sabiondos, enterados, modernos ni a los lectores apresurados de artículos refritados de informes científicos (o que así se venden). Y tampoco a los que interpretan los prospectos de las medicinas. Su penúltima respuesta sabia la recibió una vegana integrista como si de Seguir leyendo

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Acerca de este blog

Este blog nace de la necesidad de contar algo, por insignificante que sea, sobre todo aquello que me interesa o inquieta y que casi siempre tendrá relación con la comunicación humana en su sentido más amplio.

La política, la economía, las artes, los placeres de la vida, como la gastronomía, el cine o la literatura tienen aquí cabida. El mundo actual en crisis se ha convertido en una noria de opiniones libérrimas, con frecuencia desencajadas, que se afanan en la crítica feroz más que en tejer futuro.

Los líderes sociales de aquí y allá, lo admitan o no, se han quedado sin respuestas. Continúan sus tareas con torpeza ayudados por viejas recetas que abandonan de inmediato porque ninguna le sirve.

En esta especie de equivocación colectiva en la que estamos embarcados, este bloguero sólo pretende vivaquear en nuestro azaroso caminar a tientas con la pretensión de encontrar en alguna ocasión esa pepita de luz que nos recuerde que la esperanza es la emoción humana más necesaria de recuperar en este tiempo.