Etiqueta: pobreza

El ministro Escrivá busca pobres desesperadamente

Paula Nevado

El pobre, históricamente, siempre ha sido un problema; un estorbo, una lacra. Preterido en todas las civilizaciones, esclavo o sojuzgado por el patrón o las autoridades: un apestado social eterno. Hoy, continúa siendo igual. Las llamadas pomposamente sociedades del bienestar no han podido erradicar su estigma secular, aunque hayan ayudado Seguir leyendo

La máquina insaciable

Paula Nevado

Las llamadas doloridas de los esclavos modernos del mundo acaban sonando en todos lados. Los millones de hacinados en industrias apocalípticas de Oriente agitan en los últimos años menos el corazón sensible del occidental de vida confortable. Ahora el estremecimiento llega desde el Mediterráneo de los ahogados, el mar de Seguir leyendo

Vivir sin necesidades

Paula Nevado

Qué hijo de las sociedades occidentales (y ricas metrópolis de Oriente) puede negar que no ha entrado en la última semana a una o varias tiendas de ropa, al supermercado rebosante de todo; al bar, restaurante o al estanco; quién no pensó o contrató un viaje, pasó por una sala Seguir leyendo

Comer mata

Paula Nevado

Vivimos un tiempo en el que todo aquello que tocamos lo convertimos en espectáculo o escándalo. Al estar entre la exageración y el tremendismo, necesitamos bailar y saltar para ahuyentar el miedo y las dudas. Hasta este carnaval de vendedores de crecepelo y otros aprovechados, cómo no, hace tiempo que Seguir leyendo

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Acerca de este blog

Este blog nace de la necesidad de contar algo, por insignificante que sea, sobre todo aquello que me interesa o inquieta y que casi siempre tendrá relación con la comunicación humana en su sentido más amplio.

La política, la economía, las artes, los placeres de la vida, como la gastronomía, el cine o la literatura tienen aquí cabida. El mundo actual en crisis se ha convertido en una noria de opiniones libérrimas, con frecuencia desencajadas, que se afanan en la crítica feroz más que en tejer futuro.

Los líderes sociales de aquí y allá, lo admitan o no, se han quedado sin respuestas. Continúan sus tareas con torpeza ayudados por viejas recetas que abandonan de inmediato porque ninguna le sirve.

En esta especie de equivocación colectiva en la que estamos embarcados, este bloguero sólo pretende vivaquear en nuestro azaroso caminar a tientas con la pretensión de encontrar en alguna ocasión esa pepita de luz que nos recuerde que la esperanza es la emoción humana más necesaria de recuperar en este tiempo.