
Me gusta el sol. Lo manejo a gusto (¿También ahora? ¡Ay! Siempre lo he acariciado y diría que hasta mimado.) Qué sería de nosotros sin la luz que nos regala a diario todos los colores del universo y convierte en verde nuestro mundo tan pardo. Él siempre está ahí arriba Seguir leyendo