Tiempo de crisis: cada día, un nuevo manifiesto

Paula Nevado
Fotografía: Paula Nevado

La presidenta de la Comunidad de Madrid – una señora que a todos pareció hasta hace solo unos días insignificante políticamente – ha sido capaz de llevar al Madrid político e institucional, o sea, también al gobierno de todos, a una situación de tensión política crítica: “La bomba política de Madrid”, titulaba el diario El País el pasado domingo. Nadie con poder de decisión y determinación debe desdeñarse. La señora Díaz Ayuso, su “equipo de jabalíes” y los primeros ejecutivos de su partido tiran por la calle de en medio del populismo de derecha radical sin importarles los estragos que puedan provocar, pues les resulta más provechoso gestionar la intransigencia que explorar el acuerdo y, mucho menos, ceder en sus posiciones con el adversario. De alguna manera, olfatean que en esta España en crisis, como en la misma Europa sacudida por el desconcierto, no existe élite política capaz de dar una alternativa para superar tantos errores y el desgaste acumulado en los últimos años.

Así que, alarmada la mayoría ciudadana, menudean de nuevo los manifiestos políticos solicitando acuerdos urgentes con palabras encarecidas. El periodista recibió ayer lunes hasta tres solicitudes para que firmara otros tantos manifiestos. Vivimos en una crisis profunda, claro, y con el creciente temor de que continuamos cavando en lo hondo, también. Mas no parece que las palabras diálogo y cesión formen parte del diccionario político de los que más aspavientan. Los ideólogos que ceban las candelas ideológicas más airadas insisten y convencen a los líderes de los partidos que los reclaman de que no hay que hacer caso a las encuestas del momento; que no se debe mirar al vacío de la sima mientras se está “cruzando el puente de la Historia”. Y ponen de ejemplo a Donald Trump. ¿Quién era ese hombre hace tan solo cinco años? Un payaso rico. O Bolsonaro, un trotapartidos de segunda. Incluso citan a Pablo Iglesias: “un mindundi” hasta 2016.

 

“Es el relato que hizo siempre el franquismo, recuperado por la derecha”.

 

Y ahora aparece Isabel Díaz Ayuso. El presidente del Gobierno hace bien en insistir en el entendimiento, pues es uno de los mandamientos de la buena política democrática. Pero no lo habrá. O nunca lo será de manera clara y menos aún sincera. En el ideario del radicalismo conservador, donde crece y se expresa la mayoría de la derecha española en este tiempo, no cabe el acuerdo con un gobierno que identifican con los viejos gabinetes del Frente Popular republicano “antimonárquico y separatista”. Nada nuevo en todo caso. Es el relato que hizo siempre el franquismo, recuperado ahora por la derecha, de la misma manera que Trump recoge el discurso feroz del racismo blanco norteamericano u Orban, en Hungría, enciende el ansia por soñar con el antiguo “imperio magiar”.

Es cierto que este mundo dislocado y bastante a la deriva viene de años, y que la crisis de 2008 destapó muchos errores y algunas de las grandes vergüenzas del capitalismo financiero rampante, pero ha tenido que producirse la pandemia de la Covid-19 para, como bien dice Massimo Cacciari, filósofo y ex alcalde de Venecia, “acelerar tendencias  culturales y sociales que existen desde hace décadas (…) sobre la organización general del trabajo, la hegemonía de los sectores económicos y financieros conectados  a las nuevas tecnologías, la crisis de las formas tradicionales de la democracia representativa…”

La derecha tampoco tiene respuestas, pero tal y como hizo el movimiento 15M en España, se ha lanzado a tumba abierta a capitalizar el malestar de la pandemia. Sus dirigentes están seguros de que todo lo que pueda ocurrirles será mejor para ellos.  Y, curiosamente, al igual que las huestes de los más enardecidos de Podemos, nunca hablan de país o ciudadanos, sino de España y Patria. Con mayúsculas.

PAULA NEVADO
A Paula Nevado, su inquietud y sensibilidad familiar, le han llevado a formarse en diferentes disciplinas creativas y trabajos artesanales. Desde hace años se las tiene con la luz y sus caprichos para adobar con ellos las imágenes que le interesan. Con esta colaboración traslada de manera abierta la búsqueda del mundo que solo puede capturar su ojo. Puedes seguir su trabajo en Instagram: @paula_nevado

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