De brujas y cipotudos

Paula Nevado
Fotografía: Paula Nevado

Un diputado de Vox, juez en excedencia llamado José María Sánchez, llamó el pasado martes 21 bruja a la diputada socialista Laura Berja cuando esta defendía desde la tribuna del Congreso de los Diputados el derecho al aborto. Bruja es una palabra de múltiples significados, uno de los muchos poliedros semánticos de nuestro idioma. En esta ocasión, creo no equivocarme, el cipotudo diputado debió escoger la acepción que, de manera espontánea, brotó en su cerebro, se le derramó luego en forma de vómito en la garganta y, embarcada en la lengua, se hizo palabra lanzada en forma de esputo. La bruja de su boca es la que identificamos con la hechicera viejísima, verrugosa y sin dientes, cocinera de pócimas que abrasan las entrañas de las jóvenes embarazadas hasta expulsar el feto. Un cuadro estremecedor. Pura Edad Media, o mejor dicho: franquismo de cruzada sin más.

Claro que el suceso no es un episodio raro ni inusual. Desde hace tres o cuatro años menudea esta clase de palabras-eructo hijas de la tropa de la caverna. Curiosamente, comienzan a hacerse cotidianas cuando la voz de las mujeres se impone y marca cotas de conquista de igualdad. A partir de aquel 8 de marzo de 2019, cuando la mayoría de las ciudades españolas fueron pintadas de lila, abren definitivamente la escotilla de su cueva y deciden salir a la luz en sucesivas minorías agresivas de insulto y garrote para hacer frente a tanta decadencia de la patria.

No es casual, y mucho menos sorprende, que de repente los machos muy machos y sus complacientes cipotudos en los medios comunicación se ofrezcan a la luz del día tras lustros de apostoque en tantas barras machistas de casino y taberna. Hace no menos de diez o quince años que se vienen entrenando y envalentonando en las catacumbas de las redes sociales. En esas grutas tremendas se solazan el ejercicio de la evisceración verbal de la mujer (puta), el maricón y el marxista. Y más próximos en el tiempo, en el ecologista, perroflautas o extranjeros pobres.

 

«Feministas… y putas son los compañeros de viaje de Sánchez».

 

Salen a la calle porque creen tener cobertura política. Algunos de sus amigos tocan alfombra de poder y se les abre un espacio creciente para la pluma y la voz. En escaso tiempo han conseguido un significativo número de compañeros de viaje que replican (y comprenden) sus palabras de piedra. De manera muy rápida van achicando espacio a la mayoría social que ni piensa ni está con ellos. Toda persona que se coloque a la izquierda del PP puede ser sospechoso. Si reparamos un instante, concluiremos que van trenzando un curioso hilo: feministas, ecologistas, separatistas, marxistas, terroristas, maricones y putas son los compañeros de viaje de Sánchez.

Sí, no van descaminados del todo porque, como bien escribe la periodista Luz Sánchez-Mellado en El País de ayer jueves, 23: “Hay un subtipo de señores de todas las siglas y edades para quienes menos sus madres, hermanas, esposas e hijas, el resto de las mujeres son sospechosas por el hecho de no haber nacido con testículos (…) En cuanto una saca los pies del tiesto, de su tiesto, la ponen en su sitio desde su superioridad cromosómica, a ver quién cojones se ha creído que es la tía esa”.

PAULA NEVADO
A Paula Nevado, su inquietud y sensibilidad familiar, le han llevado a formarse en diferentes disciplinas creativas y trabajos artesanales. Desde hace años se las tiene con la luz y sus caprichos para adobar con ellos las imágenes que le interesan. Con esta colaboración traslada de manera abierta la búsqueda del mundo que solo puede capturar su ojo. Puedes seguir su trabajo en Instagram: @paula_nevado

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