Almuerzos sorprendentes en mis primeras semanas del año. El miércoles último resultó que al entrar en la sala del restaurante, me di de sopetón con dos mesas ocupadas por religiosos impecables, prelados entre los que se encontraba un cardenal al menos, puede que dos arzobispos y, en todo caso, cuatro obispos. Seguir leyendo
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