Lleva en el candelero informativo y judicial más de una década. Es probablemente el reo al que más portadas se le han dedicado en lo que va de siglo. En vísperas de cada vista oral o declaración en el juzgado, despliega la cola real del pavo pretencioso y amenazador pero, al cabo, se queda en el amago del viejo cartel de boxeo. No acaba de ir con determinación y saña a por el PP. Los señores y señoras que anotó en sus famosos papeles continúan en sus afanes como si tal cosa. A algunos incluso les ha dado tiempo a morir. Los demás ni siquiera conocen el sabor a infusión de ortigas que tiene la responsabilidad política.
¿Ocurrirá igual en este nuevo asalto anunciado como el más amenazador? Porque hasta ahora toda su larga parla no ha ido mucho más allá de un bla, bla, bla sin pruebas. Que si el PP mantuvo una contabilidad B desde 1982 hasta 2009; que centenares de empresarios pagaron por la obtención de contratos y otros favores; que si la plana mayor popular cobró decenas de miles de euros en negro… ¿Y? Buena parte de los españoles, incluidos jueces, fiscales, policías y periodistas creen que así fue, pero hasta ahí llegan: necesitan pruebas claras, contundentes e irrebatibles. La palabra de Bárcenas vale poco, no basta; la suya es la lengua del mentiroso arrogante, del enriquecido por la corrupción.
¿Podrá acreditar lo que denuncia en la nota enviada a la Fiscalía Anticorrupción? ¿Acudirá a la cita judicial con un audio cutre o una servilleta de papel perfumada con whisky de malta con anotaciones explosivas? Está por ver. Tiene el crédito del trilero. De momento, lo único que aporta con cierta encarnadura es la palabra ‘promesa’. Le prometieron (se refiere, claro, al PP) que su esposa Rosalía Iglesias jamás entraría en la cárcel, y lo incumplieron. Pero, ¿por qué creyó un hombre tan avispado que el PP podía cumplir tal promesa? ¿Son acaso los inquilinos de Génova 13 jueces, fiscales y policías? Tenía que saberlo, pero debió pensar también (él lo sabía) que tenían mano, amigos, influencias, capacidad de intercambiar favores con el alto mundo de la toga.
«Los nervios circulan en zigzag por Génova 13″.
Pero en tanto andaba del juzgado a la cárcel; de la celda a Baqueira; de la nieve a la celda de nuevo, parece que los de la promesa enviaron sin conocimiento de juez alguno un enjambre de policías para registrar las mil entretelas de la familia Bárcenas. Hemos oído cómo un policía camándula se jactaba tras del saqueo, de que habían obtenido importante material en los registros ilegales. ¿Acaso lo dejaron sin la pólvora que mantuvo a buen recaudo en atención a la promesa hecha?
Bárcenas, que conoce cómo se organiza, mueve y actúa la camada popular, debe estar advertido de que este partido se juega todo en la vista que comienza hoy y la que habrá más adelante para sustanciar el sumario Kitchen, que se viene instruyendo en un juzgado de la Audiencia Nacional. Ser o no ser. Partido corrupto dirigido por personas que se manejaron en el cohecho, o partido que se salva del incendio por falta de pruebas. Los nervios, y algo más, circulan en zigzag por Génova 13 descargando rayos de 100 millones de voltios. Todavía creen que no es posible que el gran partido de la derecha española tras la dictadura pueda acabar enlodado con la basura criminal de la que se le acusa. Así que estará removiendo Roma con Santiago. Bárcenas, a estas alturas, debe conocer que la consigna dada – qué ironía – es ‘no pasarán’.