Los estragos del bulo y las noticias falsas que inundan el mundo no son ajenos a España. Cada día se incorporan más personas y estudiosos para profundizar en un fenómeno tan dañino. Clara Jiménez es una joven que, desde la web maldita.es, nos muestra los trabajos de verificación de noticias que viene realizando con otros compañeros. Sostiene que algunos de los bulos que balancean a los españoles son enormes. Los más gruesos y extendidos se refieren a la emigración y los refugiados, y sobre Cataluña y los catalanes. Los primeros “muy peligrosos”, afirma, “no están ligados a una sola ideología” (la extrema derecha, se sobreentiende), y “existen redes organizadas detrás para hacerlos virales”. Sobre Cataluña, las mentiras se reproducen a un lado y otro de Tortosa. Concluye en algo que la vieja comunicación política ya sabía: “que es vital desmentir la desinformación cuanto antes, incluso antes de que se viralice”.
En estos quehaceres teóricos estábamos cuando el novelista de tanto éxito como polémica, Arturo Pérez-Reverte, nos endilga en la promoción de su nueva entrega del detective Lorenzo Falcó lo siguiente: “Picasso no pintó el Guernica por patriotismo, ni por democracia; lo pintó por muchísimo dinero”. ¡Toma! ¿Estamos ante una fake new histórica movida con intencionalidad política? ¿Una baladronada para promocionar el libro? Habrá que leer la novela para entender cómo respiran sus renglones, aunque ya en la presentación de ella el creador de Alatriste nos adelanta “Que el problema que tiene la guerra (…) es que al final se apropian de ella los intelectuales”. ¿Pero no había quedado claro desde las primeras historias de Herodoto y Tucidides que las guerras las contaban los vencedores?
Punzar un mito
Sin embargo, Pérez-Reverte tiene razón en un punto esencial: la guerra civil española es una de las escasas contiendas de la historia que no pudo escribirla el vencedor. El franquismo fue incapaz de imponer su relato al mundo. La guerra civil que conoce Occidente la escribieron los republicanos en el exilio y los centenares de periodistas y escritores, fotógrafos y artistas que pasaron por nuestras cantinas y trincheras en aquellos años de cainismo y sangre.
Y ahora viene Pérez-Reverte con la intención, seguramente aviesa, de punzar uno de los mitos de aquella guerra, Picasso y el Guernica, con una novela de espías en el París de los años treinta. Me temo que la historia de la guerra civil contada por los intelectuales ha entrado, ochenta años después, a formar parte de una leyenda, o sea, casi imposible de abatir. Y sí, Picasso cobró bastante dinero por pintar el cuadro de la guerra en un tiempo récord. En aquel tiempo era una celebridad. El pintor que marcaba el paso de las vanguardias pictóricas en la capital del mundo del arte que era París se mantuvo al lado de los antifascistas a pesar de las vaharadas de miedo que expelía Hittler desde un Berlín tan cercano. ¿Cobraría Pérez-Reverte sus buenos euros si, por ejemplo, el gobierno de España le encargara una historia de la marina de guerra española, o lo haría gratis por patriotismo?
Debemos combatir los bulos de la fábrica de mentiras de la derecha patriótica, elaboradas con medias verdades por profesionales del engaño. Es cierto que la República pagó por El Guernica (una buena inversión) pero todo lo demás es mentira.
Sí señor Pepe. Todos tenemos que poner nuestro empeño en evitar que informaciones envueltas en medias verdades sirvan con el titular epatante a llenar los bolsillos de personajes muy poco recomendables de nuestro panorama mediático
No creía yo que al Sr. Pérez Reverte le hacia falta hablar de pintores de renombre para publicitar sus novelas, esta claro, es una publicidad barata y efectiva, tiene morbo y vende.
En mi opinión, no es el camino, se equivoca.