Fotografía: José Tomás
Hace años que no piso las plazas de toros. Fui fiel seguidor de los toros de verdad y de los toreros de arte y arrojados. Esa sensibilidad la eduqué en Las Ventas de Madrid. Luego, reflexionando (y doliéndome) por tanta sangre derramada, abandoné los cosos. Pero por mi pecho vuelan, así de repente, escenas taurinas vividas que llamo «emociones de arena». Acabo de reconocer una de ellas en la imagen que vemos. Es José Tomás, y lo que retrató Anya Bartels-Suermondt se llama «el dominio». Para guardar.