Jugar a negras

José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del Gobierno
Fotografía: José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del Gobierno

Uno de los grandes problemas en política, y en la vida misma, es decidir que el éxito se obtiene sólo si consigues dos o tres grandes objetivos que tú mismo fijas, dejando de lado todo lo demás que consideras secundario. De esta manera se emplea con contumacia el presidente Zapatero. Si hacemos un breve esfuerzo de memoria, confirmaremos que este singular y muy arriesgado político siempre aparece acuciado por la necesidad perentoria de alcanzar una difícil meta: retirada unilateral de tropas de Irak y bronca de legislatura con USA; Estatuto de Cataluña y es «España que se rompe»; negociación con ETA y es la banda la que «dirige España desde La Moncloa»; matrimonio homosexual y es «la familia la que se va al garete»; protección decidida del parado en tiempo de crisis y es «España la que se va a la ruina», y así. Siguiendo su libro de estilo, antes de vacaciones de agosto se ha propuesto: uno, cerrar el acuerdo de financiación autonómica que acalle ese abejorro molesto llamado Montilla y, dos, firmar un pacto con empresarios y sindicatos que mitigue tanta desconfianza sobre el futuro de nuestra economía. De coronar ambas metas, entiende que se habrá ganado las vacaciones. Pero, ¿ si ese no es el caso?, ¿si Montilla persiste en llevarse el zumbido incluso a sus vacaciones almuñequeras? o ¿ si los empresarios deciden que hasta aquí llegó hacer manitas con el Gobierno? Entonces Zapatero habrá dilapidado su único activo: la imagen de éxito, la foto, las buenas vibraciones que produce terminar la obra. De serle la suerte adversa, llamará a los suyos para que metan ruido, que nos distraiga del vacío con el que llegaremos al verano. En fin, la acción de gobierno es demasiado compleja como para resumirla en un titular de periódico. A estas alturas, a nuestro Presidente se le acumulan numerosos pequeños errores como para que pueda fallar en los grandes retos. Que relate a los ciudadanos lo que está haciendo su gobierno, que no es poco, y se deje de políticas-efecto.

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