La vida es caprichosa. Es normal buscar durante años la consecución de objetivos que consideras vitales sin éxito alguno y, cuando estás a punto de tirar la toalla, ocurre que el azar te da la oportunidad que tanto buscaste. Esto ocurre hoy con las cajas de ahorro de toda España. Algunos de sus ejecutivos (también políticos) vienen largos años pretendiendo fusiones de cajas sin éxito. La crisis económica les ha allanado el camino. Pero no sólo el azar ha sido propicio para ello. El gobernador del Banco de España, al que nunca gustaron las cajas, también ha visto su momento: eliminar de un plumazo a la mitad de ellas, bien porque sean engullidas por otras, se fusionen o, sencillamente, entren en quiebra. Así las cosas, la realidad real, los ha puesto de acuerdo a unos y a otros. A partir de este instante asistiremos a largas semanas informativas sobre este menester. Si todo camina como prevén los expertos, en dos o tres años tendremos la mitad (o menos) de cajas, aunque, eso sí, muy fuertes. De fluir el futuro de esta guisa, sucederá algo extraordinario: el azar habrá coincidido con lo razonable pues cajas y bancos seguirán conviviendo en España como siempre, eso sí, menos pero más fuertes, o sea, más agresivos.