La objeción

El Tribunal Supremo hace público otro de sus lustrosos fallos; en esta ocasión rechaza el derecho a la objeción de conciencia respecto de la asignatura de Educación para la Ciudadanía. Diversos tribunales provinciales y autonómicos habían consentido con las pretensiones de algunos padres (arropados por organizaciones ultracatólicas y el PP) que pretendían hacer prevalecer su derecho al del Estado en la educación de valores ciudadanos. El Supremo los ha desestimado y ha dejado las cosas tal cual estaban cuando el gobierno decidió que se impartiese la disputada asignatura.

Estas corrientes doctrinarias extremas han sido vapuleadas por el máximo tribunal de justicia español que no se distingue por estar intoxicado por los trotskistas. ¿Qué esta pasando? Una vez más los postulados más radicales de la derecha católica española, que se han impuesto en sus órganos de decisión política y social en la última década, han sido rechazados. En esta ocasión ha sido por manifestarse fuera del derecho, aunque hace un año lo fueron por la mayoría de los ciudadanos en las elecciones. Asistimos en los últimos meses a la batida en retirada -desesperada y áspera- de los neocon españoles. Este fallo es un palmetazo más y muy fuerte. Claro que todavía desconocemos cuándo sufrirá su derrota de Zama. Si tenemos que hacer caso al momento, parece que este combate se libra más dentro de sus propias filas que frente a los socialistas. Rajoy terminó por darse cuenta. Arrasado Bush, ellos no podrían no ya mamar, sino tan siquiera imitar, su forma de hacer política y entender el mundo. Pero varios de sus generales(as) piensan como los patricios romanos de Britania que podían mantener el Imperio Romano y sus valores fuera de Roma. Y no es posible.

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