A la capital castellana se le solía llamar fachadolid (aún ocurre) con cierta malicia y un punto de guasa. El sobrenombre, sin embargo, no viene de muy lejos. Se extendió en los últimos años 70 cuando el ocaso del franquismo tuvo en la capital del Pisuerga una cierta resistencia: policías conniventes con Seguir leyendo
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