
Decrece, con demasiada lentitud, eso sí, la agresividad mortal de la pandemia: menos fallecidos, bajan los ingresos hospitalarios y se dan más altas. Se entreabre la puerta hacia otra etapa: podremos salir a la calle, pasear, hacer deporte y disfrutarlo; y comienzan a abrir establecimientos y comercios. Todo con control: Seguir leyendo