La tradición de otorgar premios, galardones, derramar merecimientos públicos y otra multitud de loas es larga e intensa en nuestras sociedades occidentales. Se reconoce por merecimientos y, acaso, para reparar en algo los largos padecimientos e injusticias mil que padece el hombre creativo, o simplemente esforzado, a lo largo de Seguir leyendo
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