
El viajero por España ya no observa vacas pastando. En especial es llamativa su ausencia en el norte. Las abundantes vacadas de la Asturias empinada y verdísima se han esfumado. Esos paseos de rebaños lentos merodeando la aldea gallega velados están. Ocurre igual en los valles cántabros. El caserío vasco Seguir leyendo