Toda la vida por un país

La búsqueda del padre es la tarea eterna del hijo consciente. Tan eterna como inútil. Al padre no acabamos de encontrarlo entero nunca. Para nosotros -el niño que fuimos y el padre que somos- jamás será suficiente sus huellas encontradas y luego ordenadas en las memorias más acabadas. Nosotros sabemos que fue mucho más que todo eso: fue tan inabarcable como un ideal. Pero, no obstante, lo buscamos como el tesoro que perdimos, como a ese bocado de nuestra alma que nos arrancó el tiempo.

Los hijos del coronel Víctor Martínez- Simancas: Concha, Julián y Rafael (el gran periodista desaparecido tan lleno de juventud y talento), también emprendieron esa búsqueda abriendo sus corazones (y los rescoldos de la memoria), así como archivos familiares y otras pesquisas al historiador militar José Manuel Guerrero Acosta. Tras dos años largos de husmeos y desazones (¡cuántos secretos guarda aún bajo llave nuestra España!) el historiador y la familia fraguaron un libro perfecto en lo formal: presentación, hechura y mimo, proporcionaron un orden a los recuerdos y archivos disponibles y arrancaron de la historia de España reciente y más secreta – los años de la dictadura de Franco – todo lo que pudieron para comprender los pasos del coronel Martínez-Simancas García por este mundo.

Porque el padre que buscan sus hijos fue militar del arma de caballería (cuando el iba para médico) y, sobre todo, un hombre del servicio secreto español en el protectorado de Marruecos. Si es imposible encontrar al padre «en el valle frente a la casa», imaginemos a este con un pasaporte que dice «de profesión agricultor» y dando saltos de Larache a Tetuán, de la capital del Protectorado a Argel y de allí, expulsado por una revolución independentista, a Ceuta con la emisora camuflada.

No obstante, los que nada supimos antes del coronel podemos entreverlo en esta lectura como un hombre simpático, familiar a pesar de tantas lejanías, leal a su gobierno siempre y enamorado de Marruecos. Porque los Martínez-Simancas, como los Cazorla (el abogado y escritor Luis Cazorla construye un prólogo primoroso y emocionado del libro) y tantos miles de españoles que nacieron en aquellos confines de rosas y arenales, almacenan en sus pechos tanto amor que de seguir viviendo allí serían nacionalistas.

Este libro, en fin, una joya familiar, abre puertas a numerosos caminos aún no andados. El más claro, a mi entender, es que no sabemos casi nada de las travesías de tantos españoles por aquellos veredales. Alguien (¿quizás el Instituto Cervantes tan extendido allí?) debería procurar que investigadores jóvenes escarbaran en tanta historia. Porque si bien nuestro paso por aquel trozo del Magreb no edificó ninguna epopeya (recordemos el expediente Picasso), estuvo bien repleto de encendido heroísmo y de ejecutorias -impecables y muy honrosas- de millares de familias. Como la del coronel Víctor Martínez-Simancas García.

Biografía de Víctor Martínez-Simancas García. Edición no venal.

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