Los griegos

El primer ministro griego, Alexis Tsipras, el día de su toma de posesión (Reuters).
Fotografía: El primer ministro griego, Alexis Tsipras, el día de su toma de posesión (Reuters).
El primer ministro griego, Alexis Tsipras, el día de su toma de posesión  (Reuters).
El primer ministro griego, Alexis Tsipras, el día de su toma de posesión (Reuters).

Retorna con fuerza el ruido de Grecia como problema. Hasta hace unas semanas el quid estaba en que los griegos habían vivido por encima de sus posibilidades, que no podían pagar sus deudas y los bancos alemanes y franceses le estrujaban el cuello con las seis manos de la troika. Ahora la tensión llega porque el nuevo gobierno de la Hélade ha decidido que hasta aquí llegó la muerte lenta (por asfixia económica) de su país, y piden que el tándem Bruselas/Berlín afloje.

Pero no les dejarán en paz. Nuevas manos (España, Portugal, Irlanda) se unen interesadas a los garfios de la troika para que el enfermo griego no mejore con el gobierno de Tsipras. Sería un ejemplo pésimo para Europa, sería como abrirle las puertas de los palacios del viejo continente a los Podemos de todas las latitudes.

Sí, el caso griego va a seguir enfangándose al menos el tiempo necesario para emborronar la imagen de los nuevos dirigentes helenos. Luego ya se verá. Al fin y al cabo este problema es el pretexto que necesita Alemania para mantener en tensión a toda la UE. Grecia vale poco más que nada pero la hemos convertido en el símbolo de lo que no se debe hacer, de lo que nunca debe volver a ocurrir. Y es necesario mantenerlo vivo aunque de paso vuelen algunos de nuestros tejados y Europa continúe tiritando a la intemperie del mundo. Da grima que ahora, sólo ahora, Rajoy recuerde los 26.000 millones que Grecia debe a España. Un problema que con buena disposición de Bruselas y un gesto de Dragui se hubiera resuelto hace años, nos persigue como un fantasma.

Además todo puede empeorar aún más si las autoridades griegas se enrocan y otros actores (Rusia, China) meten sus narices en el meollo del problema. El nacionalismo, con su rabia, también fluye por las venas de Syriza. ¿Por qué no de trata la deuda griega como si fuera deuda de guerra, al fin y al cabo una guerra económica es la que se libra?. Además, Alemania sabe muy bien cómo manejarse en ese terreno, porque siendo tan poderosa, al cabo, siempre ha perdido las guerras más decisivas.

El primer ministro griego, Alexis Tsipras, deja la mansión presidencial tras su toma de posesión en Atenas (Reuters).

Leer más:  Tsipras nombra un Gobierno para batallar con la troika y sin una sola mujer – Noticias de Mundo  http://bit.ly/1AhU6yp

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