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El sonido de la trompeta de Ibrahim Maalouf y las imágenes de la ciudad que da nombre a esta composición, Beirut, son evocadoras de todas las cosas para cualquiera de nosotros; incluso si somos más de cuerda que de viento o nos queremos sentir más próximos a otras culturas menos al oriente. Al escuchar esta canción, como preso de la hipnosis, caigo en lo profundo. En ese lugar estoy rendido al cansancio diario y se me ocurren: dos recetas que quiero probar a cocinar el próximo fin de semana, una película que vería por segunda vez, un regalo para el amigo que pronto cumple años. Mi pulso cae al ritmo del atleta bien entrenado.
Emocionante, Pepe!
Emocionante Pepe
Emocionado Diego