La corrida en pelo a la que han sometido a la alcaldesa Ana Botella en la red por la ocurrencia del sonadísimo «relaxing cup of café con leche in the Plaza Mayor», ha velado, y acaso minimizado, el fiasco de la candidatura olímpica de Madrid y sus apoyos, en especial los del Gobierno. Las posibles causas del revés son conocidas: la postración económica y política de España, la oferta de unos juegos de bajo coste cuando tanto gusta el brillo y el boato a los miembros del COI, nuestras dudas y transigencias con el dopaje, etc. Pero poco se conoce sobre por qué desde las entrañas de la candidatura, el Ayuntamiento de Madrid y los más diversos voceros del Gobierno se deslizó con insistencia que Madrid resultaría ganadora.
El parque del Retiro madrileño se sembró de cohetes para la celebración y la Puerta de Alcalá y los miles de metros cuadrados del aledaño se prepararon para los vítores. TVE, otra vez bajo estricto control, se desplegó por Buenos Aires como en sus mejores tiempos, y los aviones de la candidatura y de los potenciales beneficiarios de sus obras y fastos, trasladaron hasta la bella metrópolis de los pibes a centenares de deportistas, periodistas, publicitarios, marketinianos y arrasa cócteles. Todo estaba preparado para que el cielo dibujase, con el humo rojo y amarillo de los cohetes, que se iniciaba la salida de la crisis.
Conocido lo ocurrido, cualquiera puede pensar que la candidatura y el Gobierno desconocían todo lo que pasaba por la cabeza de los miembros del COI o habían sido engañados. Pero confidencias de diversas autoridades en el trasiego de los días previos al óbito, dadas a conocer luego por los media, también habían advertido dudas sobre el éxito de Madrid. Conocían que no apoyarían grandes estados europeos, las naciones de la francofonía y buena parte de los sajones (Gibraltar debió tener su efecto). Además, les irritó que el diario El Mundo dijera que teníamos asegurados cincuenta votos y se estremecían al observar la euforia de la televisión y la radio.
O sea, que la misma garganta sopló los buenos y malos augurios; los primeros para que volaran, los otros para cubrirse las espaldas. Visto el resultado bien se pudiera concluir que la candidatura madrileña fue engañada (o tan lela fue que nada vio), al tiempo que nos engañó al hacer que sonaran las fanfarrias que anticipan el desfile de los triunfadores.
Ah, seguimos sin noticias del Ministerio de Exteriores. Silencio.
Porque digamos lo bien que se pasa aqui o llevemos a los mejores deportistas que tenemos o que el Principe hable en el ingles que le corresponde no hace que se olvide el choriceo ,los escandalos de algun miembro de la familia real,las peleas entre las nacionalidades,las drogas en el deporte y tantas noticias que llevan copando las cabeceras de todos los medios que hablan de España.
Crear una imagen de marca sea España o Coca-Cola es un trabajo delicado,complejo y para el que hay que esforzarse mucho tiempo y muy profesionalmente.Coca -Cola lo hace divinamente.
Ni a los japoneses les ha hundido el desastre del tsunami,ni a nosotros nos podia salvar Rafa Nadal.Y es que los milagros no existen. Las mentiras si y casi siempre se acaban descubriendo.Al menos eso espero.