La Mano del Hermano

Sáenz de Santamaría y Cospedal. EFE
Fotografía: Sáenz de Santamaría y Cospedal. EFE

 

Sáenz de Santamaría y Cospedal. EFE
Sáenz de Santamaría y Cospedal. EFE

En este mundo raro se dan en ocasiones hechos prodigiosos. No me digan ustedes que no es increíble que sea Bárcenas el que se querella contra el PP por robo o que la bella princesa Corinna «la amiga entrañable del rey» se exhiba, con aplauso editorial, en el periódico que más de reojo mira a La Zarzuela y esa revista que es la Biblia de marquesas y peluquerías. No iba descaminado Rubalcaba cuando advirtió que nada bueno obtendría Rajoy de ese esperar a ver que se le ocurre cada mañana al extesorero montañero.

De momento mantiene contra las cuerdas y en vilo al poderoso partido de la mayoría absoluta, y su primera secretaria, Cospedal, y su única Vicepresidenta, Santamaría, a estas alturas no saben si ponerse de acuerdo para ir juntas contra el felón o ajustarse ellas mismas las cuentas con antelación y acabar de una vez con esa bicefalia que tanto las abrasa y más entretiene a periodistas y entendidos.

Las portadas de Corinna traen otros aromas. La señora parece defenderse (habla desde su despacho de abogados londinense) de las insidias lanzadas contra ella por Torres, el exsocio de Urdangarin, y nos hace un relato con el que quiere evitar ser llamada a declarar por el juez Castro. Pero como a pesar de tamaña seducción visual y esfuerzo dialéctico e informativo, no debe estar segura de que esto suceda, añade una advertencia en forma de confesión cándida que nos informa de que ha realizado numerosas gestiones discretas en favor de España sin cargo alguno para los contribuyentes. Y es por ahí, por el alto voltaje de tales palabras por donde han saltado los plomos y luego las alarmas.

Muchos se preguntan, ¿pero qué ha hecho esta señora por España?. Aquí se ha parado el reloj. Muy pocos saben bastante, algunos más conocen algo, un grupo más numeroso vive atronado por los chivatazos y confundido por los rumores y la mayoría de españoles solo tiene noticia de que el rey tiene (o tuvo) una amiga alemana espectacular.

Lo que ocurra en los próximos días como consecuencia de tan sensacionales acontecimientos lo iremos conociendo. De momento, podemos apostar porque la batalla en el sótano que libran las dos mujeres más poderosas de España continuará en busca de su cruel destino a lo Kill Bill II, que Bárcenas insistirá en sus fabulosos juegos de manos inspirados en el mago Tamarit y que el trabajo a destajo de los servicios secretos hoy se multiplica por días. Podríamos estar entrando en ese estadio en el que nadie se fía de nadie, en esas asfixiantes atmósferas en las que el perseguido cree que la mano que le ahoga (le Carré) es la de su hermano. Inquietante y seductor, el mejor material para una novela destinada al Pulitzer.

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