DE PUCHEROS Y COPAS. Guille

Teresa Muñiz. "Ojos que no ven..." - Acuarela sobre papel díptico 100 cm x 140 cm - Año: 2002
Fotografía: Teresa Muñiz. "Ojos que no ven..." - Acuarela sobre papel díptico 100 cm x 140 cm - Año: 2002
Teresa Muñiz. "Ojos que no ven..." - Acuarela sobre papel díptico 100 cm x 140 cm - Año: 2002
Teresa Muñiz. "Ojos que no ven..." - Acuarela sobre papel díptico 100 cm x 140 cm - Año: 2002

Todos le llaman Guille. Es de suponer, por tanto, que su nombre completo sea Guillermo. Pero no se debería estar tan seguro. También pudiera deberse a que recuerda  al travieso, divertido y gran manipulador, Guille, el hermano pequeño de Mafalda. Hablo de uno de los camareros de la cervecería Chamberí, ubicada en la esquina de las calles Luchana con Covarrubias. Es un tipo especialísimo. Y pudiera ser que hasta genial. Pero ese extremo lo desconozco.

Es como un camarero diseñado para una serie de televisión o para elevar el rango del disparate. Pero no hace grandes destrozos. Sólo desconcierta al cliente que lo descubre, y divierte o asombra  al parroquiano habitual o más asiduo. Tiene la voz gangosa y es avaro de palabras. Además, atiende según un código indescifrable. Hace bromas o espanta pero siempre termina acudiendo, eso sí, algo tarde. Los propietarios de la cervecería deben saber desde siempre que cobijan a un fenómeno pero también sufrirán lo suyo. Sus hazañas a estas alturas deben de haber alcanzado un volumen enciclopédico de sorpresas, disparates, risas y otros asombros. Sirve los platos y las copas como los viejos camareros de mesón: siempre hay unas patatas en el límite del plato y gotas volando sobre el mantel. Pero nunca te aburres teniéndole cerca: o le reclaman con insistencia o es la terraza toda la que se llena de risas con sus pasos.

Guille, por otro lado, va unido a mis ojos con algo incluso tan especial como él: las patatas fritas de aperitivo que sirve la casa. Son algo superior a una joya gastronómica, adquieren la categoría de obras de arte. Hay pocos aperitivos en el barrio de Chamberí que se aproximen a la Mahon con un plato de estas patatas. Sublimes. Claro que este establecimiento no se queda solo en ellas (aunque sería ya mucho reclamo). Sus chuletillas de cordero son fabulosas y la pescadería que les sirve siempre llega de fresco. Chamberí es un cervecería recomendable, eso sí, con  precio de la zona y la sorpresa añadida de tener a un camarero como Guille deambulando por ella.

El verano pasado, en esa hora del mediodía de máximo calor, vi a un hombre vestido todo él de rojo intenso en la acera de enfrente de la cervecería. Era bien llamativo y me fije. ¡Era Guille!. Cualquiera pudo pensar que se trataba de un payaso escapado de la pista central del circo, un ser feliz y quebradizo. Definitivamente es una criatura con la que conversar, si se deja, y disfrutar de la diversidad humana, si no se mosquea.

 

Teresa Muñiz es asturiana pero hecho en Madrid donde estudió en la Escuela de bellas artes de san Fernando, y vive. crea y enseña pintura desde siempre. la abstracción, el color, la determinación y el misterio son los puntales de sus obra. Admira algunas de sus pinturas en web

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