Tensión

De la Vega y Salgado, Vicepresidentas del Gobierno
Fotografía: De la Vega y Salgado, Vicepresidentas del Gobierno
De la Vega y Salgado, Vicepresidentas del Gobierno
De la Vega y Salgado, Vicepresidentas del Gobierno

Las grandes batallas entre hombres son bien conocidas. Vienen desde el principio de los tiempos, y la genética, la memoria, los poetas y la historia las tienen bien estudiadas. Mayoritariamente, son funestas pero, claro, son el cimiento y el color mismo de cuanto hemos alcanzado a ser la raza humana. Menos conocidos son los enfrentamientos entre mujeres. Se les sitúa en el ambiente privado de la casa y su extensión, o sea, los miles de acarreros que realizaban para mantener el hogar. Hoy la mujer ocupa aceleradamenre espacios de poder e influencia que siempre tuvo el hombre. ¿Cómo se mide con sus competidoras?, ¿Igual que lo hace el hombre?. Poco se conoce de este suceso. La mujer es nueva en ese rol de declarar guerras o enfrentarse con el poder de los bancos, por ejemplo. Pero ya decide sobre estos asuntos. Y en sus bataquerias saltan chispas de parecida luz a las desprendidas por los pedernales de los hombres cuando combaten entre ellos. Tenemos muy cerca una de esas luchas, o al menos de esa categoria es la humendad caliente que expelen las miradas y otros ademanes de nuestras dos Vicepresidentas del Gobierno. Se percibe que entre ellas crece el humo espeso y amarillo de la disputa por el poder. La segunda vice ha arrebatado a la primera vice el protagonismo de la negociación política con la oposición a fin de alcanzar medidas pactadas contra la crisis. Además, la segunda vice quiere modificar a la baja el acuerdo salarial para los funcionarios alcanzado con los sindicatos por la primera vice. Segundos ha tardado la primera vice en hacer expresiva su fuerza y el Gobierno ha recordado que el acuerdo con los funcionarios no se toca. Como recuerda la prensa, se trata de una nueva indecisión o duda o rectificación del ejecutivo. Pero suma una cualidad más: es la evidencia expresa de una lucha personal entre ellas. La razón, la ciencia, la evidencia, el sentido común están mucho más alejados de lo que imaginamos de la fábrica diaria de nuestro mundo. La pasión influye más en la historia que el conocimiento. ¿Serán las emociones femeninas menos dañinas que las de los varones?: Tenemos que confiar en que sí.                             

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