Si damos por razonables los autos últimos del juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón, en los que relata que encuentra indicios razonables sobre la existencia de la mano negra del terrorismo en determinados episodios conflictivos del procès, podremos concluir y extrapolar con facilidad -aunque con pasmosa sorpresa- que venimos Seguir leyendo
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