Escena. Estamos en una terraza de la Plaza Mayor de Valladolid. Puente del 1 de mayo. El tiempo en esa ciudad reina de las nieblas, histórica y bronca, es dual: en la sombra el frío a ráfagas desconsuela, en el sol te aplana la sesera. Pero el juego de sombrillas Seguir leyendo
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