Supongo que una semana después de conocerse el fallo del juicio que siguió al hundimiento del Prestige en las costas gallegas, son innumerables los españoles que continúan boquiabiertos, atolondrados, anonadados por tamaño golpe de realidad imposible. A tenor del fallo de la Audiencia de La Coruña, la catástrofe se produjo Seguir leyendo
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