Aunque insistan en hacernos creer que estamos próximos a ser superhombres porque hemos superado la naturaleza (la dominamos), no debemos dejarnos engañar. Somos (casi) el mismo hombre del neolítico, aquel que ató la cabra a una estaca y aprendió a segar trigo; compartimos idénticos genes y hasta nuestro halo es Seguir leyendo
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