Ministros los hay de muchas clases y condición. Incluso en ocasiones coincidimos en que alguno/a es bueno o útil o inteligente. Los hay relamidos y pedantes; los tenemos solapados y hasta emboscados. La mayoría busca la prensa para contar sus proyectos, pero ésta cada vez les hace menos caso: solo da cuartelillo Seguir leyendo
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