
Cuando la pantalla del ordenador escupe con violencia que Paco de Lucía ha muerto, primero, soporto el pellizco hondo en la boca del estómago mas, cuando leo las primeras líneas del despacho de agencia, estoy ya en otro estado sin angustia y sorpresa. Me recuerdo niño feliz comiendo uvas en el patio Seguir leyendo