Y sin embargo, algo se mueve

Paula Nevado
Fotografía: Paula Nevado

El jueves 20 de septiembre fue un día raro, distinto; se diría que incluso esperanzador. En la prensa pudimos leer cómo la Comisión Europea abroncaba a Ryanair por no someterse a la legislación laboral de los países donde opera; que UGT y Cabify acuerdan mejorar el empleo de los conductores de la última; que dimite un director de banco danés por blanqueo de capitales, y hasta el rico dueño de la revista Times se muestra dispuesto a luchar contra la desigualdad y la pobreza en el mundo. Algo es algo, porque en fechas anteriores un juez de Madrid falló que los repartidores de Glovo “no son falsos autónomos”, un traspiés severo en la lucha de estos “nuevos esclavos” para ser reconocidos como trabajadores por cuenta ajena.

Llama la atención este abanico de titulares porque la sima de desigualdad y pobreza, que tanto ha pronunciado la crisis económica de 2008 singularmente en España, continúa creciendo sin que empresas y gobiernos atiendan las voces de alarma de estadísticos, sociólogos, economistas y filósofos (y hasta un creciente número de políticos) vienen haciendo sonar sobre esta lacra social que posterga a millones de trabajadores y sus familias a la iniquidad y el sufrimiento individual y social. Penuria social que sobre todo es el abono más nutritivo para el crecimiento de todo tipo de radicalismos políticos, desde los populismos hasta la más variada paletada de nacionalismos.

 

Batalla en la sombra

 

La resistencia de las élites a creer que la desigualdad erosiona la estabilidad política de Europa habla bien de su miopía y egoísmo. En cierta forma recuerda a la testarudez de quienes rechazaron durante décadas la existencia del cambio climático al sostener (algunos como Trump persisten) su inexistencia con la que justificaban el consumo masivo de carbón, petróleo y gas. Pero ese muro se viene agrietando con rapidez desde la Cumbre de París de 2015 y ni siquiera la furia del desmedido presidente norteamericano podrá detenerlo.

Sin embargo, la batalla contra la desigualdad y la sostenibilidad social se desarrolla demasiado lenta. Solo la UE llama la atención sobre ello en el mundo. Como también insiste en el aumento de los salarios tan castigados en la crisis. España tendrá su primer gran test sobre el particular los próximos días. Los Presupuestos Generales del Estado para 2019 serán la piedra de toque. Subida de impuestos a grandes empresas, al tráfico financiero y sus dividendos, y políticas impositivas verdes más severas con las que generar liquidez adicional para reparar en parte los estragos de la crisis entre los más débiles. La batalla en la sombra está siendo crudelísima. Esperemos a ver qué titulares nos trae noviembre sobre el particular.

PAULA NEVADO
A Paula Nevado, su inquietud y sensibilidad familiar, le han llevado a formarse en diferentes disciplinas creativas y trabajos artesanales. Desde hace años se las tiene con la luz y sus caprichos para adobar con ellos las imágenes que le interesan. Con esta colaboración traslada de manera abierta la búsqueda del mundo que solo puede capturar su ojo. Puedes seguir su trabajo en Instagram: @paula_nevado

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Acerca de este blog

Este blog nace de la necesidad de contar algo, por insignificante que sea, sobre todo aquello que me interesa o inquieta y que casi siempre tendrá relación con la comunicación humana en su sentido más amplio.

La política, la economía, las artes, los placeres de la vida, como la gastronomía, el cine o la literatura tienen aquí cabida. El mundo actual en crisis se ha convertido en una noria de opiniones libérrimas, con frecuencia desencajadas, que se afanan en la crítica feroz más que en tejer futuro.

Los líderes sociales de aquí y allá, lo admitan o no, se han quedado sin respuestas. Continúan sus tareas con torpeza ayudados por viejas recetas que abandonan de inmediato porque ninguna le sirve.

En esta especie de equivocación colectiva en la que estamos embarcados, este bloguero sólo pretende vivaquear en nuestro azaroso caminar a tientas con la pretensión de encontrar en alguna ocasión esa pepita de luz que nos recuerde que la esperanza es la emoción humana más necesaria de recuperar en este tiempo.