Sorpresa, Rajoy parece decir algo

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Los jabalíes parlamentarios, como Rafael Hernando, aprietan exigiendo al PSOE “un compromiso para dar estabilidad a la Legislatura”, pero pronto acude el buen pastor, Rajoy, para apaciguar a la grey: “No pondré condiciones previas al PSOE”. Desde la otra orilla de la viña, por boca del presidente de la Gestora, Javier Fernández, el PSOE responde: “El PSOE podrá facilitar la legislatura pero no la estabilidad que el PP tendrá que buscarla día a día”.
Ha comenzado la ceremonia previa al acercamiento político, el apretón de manos en público, la conversación en profundidad o, acaso, de cumplido. Rajoy y Fernández se verán pronto; los dos necesitan exhibirse en ese plató multifocal para justificar todo después: el acuerdo o la ruptura. Por tanto, no deberíamos dar gran valor a las palabras de unos y otros en estos momentos: solo es ceremonial.
El PP necesita este acercamiento para una cosa y la otra, o para ninguna de las dos: para justificar un acuerdo, un grave desencuentro o generar un galimatías político más. Y, de igual manera, la Gestora socialista está precisada de un gran foco que presente a su presidente -“ese socialista sensato y auténtico”- a toda España a través de mil televisiones; el hombre encargado de la casi imposible tarea de explicar que una abstención para que gobierne Rajoy no es un cheque en blanco que el PP pueda utilizar durante toda la legislatura, sino un acto de responsabilidad con el país, sus gentes, sus empresas, su dignidad y decoro ante el mundo.
Los más maliciosos sospechan que lo único que pretende escenificar Rajoy es que se va a nuevas elecciones por la irresponsabilidad socialista -también de aquellos que representa la Gestora que preside el asturiano Javier Fernandez- quienes, a pesar de haber defenestrado a Pedro Sánchez. Claro que el paisaje ha cambiado algo. A un partido que ha sido capaz de echar a su secretario general porque jugaba a “gobiernos ilusorios con Podemos y nacionalistas” no se le puede decir ahora, que ha salido mal herido tras la batalla, tururú.
¿Un paripé más de Rajoy?
Si así fuera, y Rajoy convocara a la postre elecciones por tercera vez en un año, la catástrofe socialista sería homérica. Pero no avancemos más hipótesis. Vayamos a por algunos datos. Encuestas realizadas a finales de septiembre existen que dan la mayoría absoluta a una coalición de gobierno de PP y Ciudadanos, y que el partido más votado podría sacar ¡hasta 80 diputados más que el segundo!
¿Qué líder tiene el cuajo de quedarse a varias brazadas de la mayoría absoluta cuando los augures de confianza le vaticinan la gloria?

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