Incendio en la cueva

Destitución de Tomás Gómez
Fotografía: Destitución de Tomás Gómez
Destitución de Tomás Gómez
Destitución de Tomás Gómez

Comenta Juan Marsé -ahora empujando las memorias que se escriben sobre él- que lo peor que le ha ocurrido en su vida es haber nacido en este país y en esta época, haberse tragado los cuarenta años de franquismo y «ahora esto». Porque el «ahora esto» esto tiene mandanga. Llevamos seis años como pollos sin cabeza, tropezando con todo sin encontrar nunca una vía de salida. Hay lunes que le gustaría a uno despertar en Rabat en lugar de un barrio bien de Madrid, afirma el veterano periodista Raúl del Pozo.

Y en este dédalo estresante en que se ha convertido nuestra vida pública ¡eureka! hay mañanas en las que florecen noticias insólitas, como la destitución fulminante del líder del PSOE de Madrid, Tomás Gómez, por su secretario general, Pedro Sánchez. Nunca nadie podría haber supuesto jamás que algo así pudiera suceder, como nadie piensa nunca que la lluvia brote de la tierra o que Montoro piense en nuestro bienestar. Pero ahí está: Tomás Gómez en la calle.

Los colegas dedicarán una semana más, al menos, hasta averiguar las causas de ésta defenestración súbita y puede que incluso lleguen a reconstruir las escenas clave en la tramoya donde se perpetró el politicidio. Pedro Sánchez, aunque su recorrido político sea intrascendente mañana, ya ha pasado a la historia del socialismo español pues nunca nadie en 130 años se atrevió como él a meter mano en ese pozal para abrir el tapón de las sentinas. Con la FSM y sus desvaríos no pudo Rubalcaba, ni Guerra, ni Pablo Castellanos, ni Prieto, ni Largo Caballero, ni Anselmo Lorenzo, ni… Era, es, una suerte de resistencia a todo lo que se le antoje en cada momento y la antítesis de la modernidad y la generosidad. Lleva 20 años en letargo y sus cargos públicos cobran por representar una plácida e interminable oposición. Es, en fin, la oposición por vocación, de ella han construido una forma de vida.

Ahora, el zamarreo de Pedro Sánchez ha debido producirle tal estallido en sus coyunturas escleróticas que el dolor le durará semanas. Ojalá este episodio singularísimo lleve a los socialistas a la deriva a concluir que el tiempo de hacer política desde la cueva ha terminado.

2 comentarios en «Incendio en la cueva»

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