En mitad de la semana más negra de la corrupción en España, se coló en Madrid -su epicentro- la presidenta andaluza, Susana Díaz, para traer algo de esperanza a este país que algunas mañanas se asemeja a una ciénaga. Convocada por la agencia Europa Press, llenó hasta la bandera el gran salón de un hotel céntrico. Se cuentan con los dedos de la mano los políticos que hoy consiguen el milagro de atraer. Están tan desprestigiados que ni para esteras serían requeridos. Pero esta mujer tiene una enorme fuerza; también determinación y valentía. Aunque lo más valioso de ella es que en tan sólo un año «de toreo en plazas de primera de la política» se advierte que maneja un discurso robusto y posible.
Comienza por el paro. Sostiene que es uno de los grandes males de Europa y que la UE debe abordarlo con la urgencia y medios con que combatió el mal de las vacas locas o la financiación extraordinaria con la que afrontó la unificación alemana. Cree que España no puede ser conducida por utopismos que nos arrastren a nuevas constituciones, nuevos ideales y nuevos regímenes, sino que bastará con reformar la Constitución, meter a la corrupción entre rejas de acero, haciendo al tiempo de la transparencia de las administraciones un nuevo ideal político. Manifiesta que el papelón de Mas y el quietismo de Rajoy no son nada serio, y proclama que no dejará pasar ni una a Podemos: ella es de izquierdas y ellos se califican a sí mismos «ni de izquierdas ni de derechas». (Uuuummm)
Piensa que ni siquiera un partido con mayoría absoluta podrá muy pronto gobernar en serio a este país, y será cosa de todos abordar ese empeño. Finalmente advierte que es imprescindible detener ya el crecimiento alarmante de las desigualdades y remediar una precariedad laboral que conduce a millones de trabajadores a la pobreza. Para este objetivo, también convoca a todos y, en especial, a los empresarios.
¿Estamos ante una redefinición de mínimos de la socialdemocracia para salir de este gran socavón e impedir de paso aventuras redentoristas en España?.
Fue muy aplaudida. La veremos a menudo en Bruselas porque allí se preparan las salsas que luego dan el sabor a todo. Falta, eso sí, que quiera formar tándem con Pedro Sánchez para que todo les vaya mejor a los dos.
Ya cataba Mina aquella cantante italiana aquello de «parole, parole, parole … » y seguimos con parole vacia y brindis al sol en días de discursos tan vacios como de apariencia solemne …
En definitiva para el Sr. Juan y la Sra. Pilar, ¿qué está diciendo esta señora de concreto? parole, parole, parole … ¿qué es eso de reforma de la Constitución, cuál? por ejemplo ¿adios Consejo del Poder Judicial, Defensor del Pueblo, Consejo de Estado, Tribunal de Cuentas, … porque para lo que sireven en su actual configuración?, … ¿adios también a Consejos Consultivos autonómicos,, defensores del Común o el justicia o el … o poer ejemplo un único Defensor del Pueblo pero seleccionado de otra forma, fuera la provincia como circunscripción electoral … ? ¿De qué reforma hablamos? ¿España como Monarquia Federal de Estados?¿con o sin derecho de separarse? o no es eso, entonces de qué hablamos, parole, parole, parole …
Y así nos va que ya no sabemos si somos de los nuestros y la concreción no es dificil, es jodida por simple y clara como menos cárceles que también, menos reformas de los que cada vez que tapan dejan los agujeros para salir, y en la licitación porque no elementos objetivos, subastas. concursos subasta y menos criterios que dependen de un juicio de valor, pero clasro entoinces hay que reducir ejecutivas y eso es muy complicado