Cocina, ¿arte o ciencia?. Este dilema ilustrado ha constituido el núcleo central del debate intelectual habido en el Madrid Fusión de este año. Si hemos de hacer caso a Ferrán Adriá y sus primeros apóstoles, la cocina es ciencia, «ciencia en estado puro». Porque el creador de El Bullí, que cerró el restaurante «para reflexionar sobre lo que habían hecho hasta el momento y entender qué es la cocina» es un científico «que si fuera farmacéutico habría muchas menos enfermedades» (sic). Ítem más, sus discípulos afirman «que están descodificando el genoma culinario (…) desvelando el ADN de la cocina». Créanme, no voy pasado de absenta cual desesperado creador francés del XIX, y ni siquiera vuelvo de Uruguay: lo anterior lo he visto en la tele y releído en prensa.
Si nos inclinamos porque la cocina sea un arte, habremos de acudir a los arranques orales del desinhibido David Muñoz, el flamante tres estrellas Michelín, que deslumbra en el restaurante DiverXo de Madrid con el mismo entusiasmo que su rebelde juventud abraza a ese político incierto, Ignacio González, presidente de la Comunidad de Madrid. Todo sea por la promoción o, ¿es quizás por la subvención?. Pues bien, el «crestas» de David Muñoz proclama que la alta cocina se puede hacer a «precios de derribo (…) que él no viene a quemar códigos sino a proponer otra vía para la alta cocina». Son sin duda las palabras de un artista, de un hacedor de maravillas gracias a su talento y habilidades. Pero entro a bucear en los precios de su restaurante y confirmo que el cubierto se acerca a los 200 euros sin la bebida. Lo dicho, un artista.
Si, Madrid Fusión no deja de ser un filón para irónicos. Resulta que, como cada año, este enero de 2014 ha fusionado durante tres días en Madrid la cocina de moda con la andina, una tómbola que subasta trufas con «los trucos de los mejores chef», concursos de bocadillos con los secretos de El Cerller, el mejor restaurante del mundo. Es decir «cocina show» como lo ha definido Tommaso Krock en su estupenda crónica del martes 28 en El País. Una cocina de estrellas del rock que se arman de espumaderas y se embadurnan con vahos de nitrógeno. Puro espectáculo business dirigido por Antonio Capell, un crítico gastronómico prestigiado, que opina con largueza en medios de gran difusión, se supone que con objetividad. Sí, Rafael Ansón tiene un sucesor. Madrid Fusión irrumpe como novísima superación de la Academia de Gastronomía que, si los dioses no lo remedian, conducirá a esa cocina española,que se ha hecho tan popular (zapeen cada noche en su televisor) y a tantos jóvenes enseña, de nuevo a ese recinto exclusivo de la llamada desde siempre cocina refinada que normalmente declama en francés.
El complemento, la coda, el estrambote de esta exhibición sin concierto se llama Gastrofestival Madrid (24 enero- 9 de febrero). Lo promueve el ayuntamiento de la capital y pretende reanimar los medio muertos bares y restaurantes de Madrid con el reclamo – se supone – de la onda mediática que emite Madrid Fusión. Sospecho que habrá metido mano en su programación la mismísima Ana Botella porque la guía desparramada por toda la ciudad chorrea talento. Encontramos una larga relación de restaurantes que durante estos días servirán ¡menús a 40 EUROS!. Una bicoca, sí señor. Y también se encuentra un listado de bares que dan un botellín y una tapa por 3 euros, o por 6 EUROS si tomamos una copa de vino. Hasta tenemos una ruta del café de Colombia, eso sí, son sólo cuatro o seis locales, y grandes chef que te ofrecen suculentas cenas si pagas con tarjeta American Express. Ojo, también se ofrecen coctelerías, aunque al cabo sólo se recomienda una: Chicote. ¿Conocen en el ayuntamiento que centenares de bares, garitos, chigres y colmados en extensión, y no digamos franquicias como la Sureña o Cien Bocaditos, ofrecen media docena de botellines con su tapa, incluso de gambas, por seis euros, o que la mayoría de restaurantes caros promocionan desde hace años menús de 20 euros?. Un desafuero.
Además, pretenden promocionar copas y comida en plena cuesta de enero. ¿A quién le sobran 30 euros este mes?. ¡Ni siquiera a Bárcenas, maltratado por el juez Ruz, que le impide sacar más de 300 euros al mes de sus cuentas podría ir de cañas!.
TERESA MUÑIZ es asturiana pero hecha en Madrid, donde estudio en laEscuela de Bellas Artes de San Fernado, y vive. Crea y enseña pintura desde siempre. La abstración, el color, la determinación y el misterio son los puntales de su obra. Admira algunas de sus pinturas en su web.
Y podríamos seguir… Los supermercados llamados «el Corte ingles de los pobres»; o sea, los Mercadona, ofrecen la mayoría de sus productos frescos (verduras, frutas y pescado) al 50% de su precio habitual, una hora antes del cierre diario. Hay colas…
Esto pasa en Sevilla, desconozco si ocurre lo mismo en el resto del país.