Papa cuéntame otra vez…

Viñeta de El Roto
Fotografía: Viñeta de El Roto
Viñeta de El Roto
Viñeta de El Roto

En los mismos años que sucedía «esa historia tan bonita», que canta Ismael Serrano, de grises en la calle y carreras por la libertad (años 60 y 70), miles de muchachas, y otras que no lo eran tanto, cruzaban los Pirineos o volaban hasta Londres para abortar. Las suyas no eran historias bonitas sino «las más tristes del mundo», como sentenciara la escritora Rosa Chacel justo en aquel tiempo. Ahora, un gobierno loco por el voto pretende conducir a dos generaciones de mujeres nacidas libres por ese embudo de sufrimiento y miedos.

No obstante, le va a costar mucho esfuerzo imponer esta nueva ley a contratiempo, insensible y cruel. Tiene a su favor la mayoría en el Parlamento y el fanatismo político y religioso de buena parte de su militancia (y la ayuda, quizás, que le prestará el rezo de los conventos), pero todo lo demás va en su contra. Nadie en Europa, salvo dos o tres países ultra católicos, rema en esta dirección sobre una materia tan íntima que la mujer libre ha escogido como bandera.

Nadie percibe que esta decisión del Consejo de Ministros, que lleva 30 años atrás la legislación sobre interrupción voluntaria del embarazo, tenga provecho público alguno. No es ni remotamente una demanda social en estos momentos. Después de muchos años de batalla política y pública contra las barricadas clericales, la sociedad española, y sobre todo la mujer, están conformes con la legislación que nos habíamos dado. Todo fluía con cierta normalidad.

Pero como se aprecia, la caverna seguía activa en la oscuridad de sus aposentos. No sólo no estaba vencida, sino que continúa dominando la entraña misma del PP y, además, se manifiesta levantisca por causa de «tantas decisiones atropelladas» de Rajoy: aumento de impuestos, doctrina Parot por los suelos, Aznar y otros oscuros preteridos, etc. etc.

Todo sucede cuando se acerca un largo tiempo electoral. Y ese mago de la encuesta y el consejo, Pedro Arriola, a quien con tanto interés escucha Rajoy siempre, advierte de desafecciones electorales graves en este sector. Por ello, Rajoy ha decidido calmarlo dándole un hueso bien apetitoso. Conoce, además, que teniendo a la Iglesia contenta (observese la reacción alborozada de Rouco), sus fieles de derecha se sosiegan mucho. Y, además, los púlpitos hablan a favor.

Nadie sabe que vueltas dará este proyecto de ley hasta que concluya el largo trámite político y parlamentario que tiene por delante. Lo único seguro es que, de aprobarse, terminará siendo apeado por otro cuando cambie la mayoría parlamentaria. Porque las leyes que se promulgan contra el fluir de la historia están condenadas a fracasar. Sólo las sostienen las dictaduras, pero no es el caso.

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