Linde se Explica

Luis Linde, gobernador del Banco de España en una intervención en el Congreso. Foto de Gonzalo Arroyo
Fotografía: Luis Linde, gobernador del Banco de España en una intervención en el Congreso. Foto de Gonzalo Arroyo

 

Luis Linde, gobernador del Banco de España en una intervención en el Congreso. Foto de Gonzalo Arroyo
Luis Linde, gobernador del Banco de España en una intervención en el Congreso. Foto de Gonzalo Arroyo

En ocasiones sucede que se escriben tratados en opúsculos de diez folios. Es lo que ha ocurrido con el texto nacido de la mano del gobernador del Banco de España, Luis Linde, y leído por él mismo en el Congreso de los Diputados. Sostiene el gobernador que nuestro asfixiante desempleo puede descompresionar  si se permiten sueldos inferiores al salario mínimo (hoy de 645€) saltándose los convenios colectivos si fuera necesario, pero eso sí, su recomendación no se dirige a todos los trabajadores, va destinada a aquellos «con menor cualificación o de segmentos de edad con mayores dificultades para encontrar un empleo». Es decir, que podría afectar a la mitad de los parados actuales. Nos indica también que es urgente acelerar la entrada en vigor de la jubilación a los 67 años y alargar los años de cotización para tener derecho a la pensión. Además, le pega un buen coscorrón a la banca pública por disminuir el crédito en un 18 por ciento el año pasado.

Pero no todo había de ser tan tremebundo. Linde hizo también recomendaciones moderadas y mutis piadosos,  pues reclamó a los banqueros que «en lo posible» acentuasen el rigor en sus políticas de retribución a directivos, y dedicó dos líneas al escándalo de las preferentes para recordar que se han puesto en marcha fórmulas de arbitraje para buscar soluciones. Ah, también anunció que el Banco de España ganó 3845 millones de euros el 2012, un 60 por ciento más.

Terminada la comparecencia, se planchó con la mano derecha la abertura de la chaqueta, (también llamada «pedo libre») y, sonriendo mansamente, se marchó.

Luego, la prensa hace su trabajo con rapidez y pregunta al Gobierno. Éste, como si no estuviera avisado, dice que ya se vería como proceder. Pero más tarde hubo ministros que daban por buenas las recetas del gobernador y otros que no. Es decir, la confusión viva, como siempre. La oposición, toda, rechaza las propuestas del gobernador y comienza el debate.

La primera opinión que obtiene un consenso es que Luis Linde vuelve por los fueros de Miguel Ángel Fernández-Ordóñez: hablar de lo que no le incumbe y vadear los charcos de su responsabilidad. Y como estamos muy escamados con los gobernadores que vienen desde Caruana para acá, que les va lo dar cera al obrero y loar  las reformas, bien nos iría seguir al actual inquilino con lupa de catalejo para tratar de confirmar periódicamente si realmente inspecciona, y mete en cintura, cuando sea el caso, al banquero o se limita a observar la plaza de la Cibeles desde el magnífico ventanal de su despacho, mientras los cuadros de Goya a su espalda le inspiran momentos imperiales hasta llevarle al convencimiento de que es el hombre más dichoso de la tierra.

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