Una Crisis de Caballo

Teresa Muñiz. Sin Título. Acrílico sobre tela políptico 1.30 cm x 0.26 cm - Año 2010
Fotografía: Teresa Muñiz. Sin Título. Acrílico sobre tela políptico 1.30 cm x 0.26 cm - Año 2010

 

Teresa Muñiz. Sin Título. Acrílico sobre tela políptico 1.30 cm x 0.26 cm - Año 2010
Teresa Muñiz. Sin Título. Acrílico sobre tela políptico 1.30 cm x 0.26 cm - Año 2010

Y al terminar de ojear los titulares y sumarios de la información que me  detectan las alertas: » fraude carne caballo» y » etiquetado alimentos«, estoy al borde mismo del soponcio. Resulta que la carne de caballo y asimilados, o sea, burros y mulas, inunda los lineales de los supermercados de Europa oculta bajo la etiqueta de carne de vacuno o ternera. ¡Ahí es nada!. Las todopoderosas redes de control alimentario europeas y nacionales en Belén con los pastores. ¿Pero cómo puede darse un tongo tan descomunal?. Lo están averiguando. Bruselas, enérgica y molesta, comunica que reforzará sus actuaciones inspectoras en alimentación y procesados de carne en buena parte de Europa. Más, en la mayoría de los países de la Unión el mosqueo de los consumidores y el nerviosismo de industrias cárnicas y comercios (por este orden) sigue creciendo.

Todos escurren el bulto ( y no digamos nuestro ministro de Agricultura, el increíble Cañete) y nadie nos quiere contar la historia que susurran al oído de los pobres caballos instantes antes de embarcarlos para la hamburguesería. Porque los datos sobre el sacrificio masivo de equinos son contundentes, porque la crisis económica, nuestra fiel compañera de años, ha conducido a decenas de miles de propietarios de caballos-mascota y caballos deportivos a no poder sufragar los 200/300€ que vale su cuidado mensual, porque hasta los gitanos, históricos tratantes de ganado, han reaparecido en las últimas lunas para hacer más llevadero el acarreo hasta el matadero de nuestras bestias más nobles.

Un reportaje periodístico apunta que España pudo sacrificar hasta 80.000 caballerías el pasado año. Parece exagerado, pero da qué pensar cuando prensa sería como el Financial Times cifra en 25.000 los equinos sacrificados en Irlanda en 2012 y anota que USA exportó para su muerte hasta 138.000 en 2010. De Rumanía mejor  no hablar, allí todo se parece un poco al movimiento de ganado en nuestra frontera con Portugal en los tiempos en que la guardia civil no daba para todo.

Ocurre esta historia, además, cuando el consumo de esta carne en buena parte de Europa o no existió prácticamente nunca, caso del Reino Unido, o está en claro retroceso como en el sur de Europa. Solo en Francia mantiene su prestigio. Así las cosas, ¿a dónde van a ir a parar tantas toneladas de esta materia cárnica?, ¿a la exportación?, ¿a China o la India donde cada día comen más personas y en cantidades mayores?. No, no. Esta chicha se queda por aquí, en algún lado estará camuflada. Ya empieza a asomar la nariz confundida con la hamburguesa de vacuna, pero otro será el resquicio por el que escapará mañana.

Todos deberían ser más claros, más trasparentes. Por ejemplo, la gran distribución hace tiempo que dejo nítidos los asuntos en este terreno. Se vende como fiambre de pechuga de pavo carne que solo el 55 % es de tan soso animal, pero lo escriben muy clarito (y muy chiquito) en la etiqueta;  o nos tomamos zumo de naranja en tetrabrik que solo tiene de este cítrico el 35 %,  pero nos lo canta la etiqueta. Así debería ser.

Es de esperar que pronto aparezcan etiquetas dando fe de que estamos ante un producto que contiene un 25 % de carne de potro celta y un 30 % de vaca bretona. El resto será agua, fécula de patata, leche en polvo, proteína de soja, azúcar, dextrosa de maíz, especias y…hasta 28 apuntes más, algunos de ellos expresados en fórmulas larguísimas. Eso nos daría tranquilidad.

Pero que no quieran meternos los equinos de matute porque además de su dificultad para ocultarlos, pues son bien grandes y fibrosos, relinchan. Y eso sí que no: no estamos acostumbrados a que las hamburguesas relinchen ni las salchichas roznen. Faltaría más.

TERESA MUÑIZ es asturiana pero hecha en Madrid, donde estudio en la Escuela de Bellas Artes de San Fernado, y vive. Crea y enseña pintura desde siempre. La abstración, el color, la determinación y el misterio son los puntales de su obra. Admira algunas de sus pinturas en su web.

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