No a Bruselas

La crisis galopa tan de prisa que el gobierno de Rajoy, a su grupa, cubre etapas con una velocidad muy superior a la esperada. El escenario, imaginado por Pedro Arriola y pronto llevado a la pizarra que cuelga de Génova, pinta que el gobierno escalaría hasta el verano ayudado por el viento tan favorable de su mayoría absoluta y del recuerdo de la » herencia socialista». Pero los hechos cantan muy pronto otro relato. A escasos tres meses de ejercicio formal del poder, el PP ha tenido que acudir a las reservas destinadas para soportar el otoño, es decir, discrepar abiertamente de Europa, o dicho de otro modo, desoír sus indicaciones en materia de déficit público para 2012. Y lo hace, según cuentan sus propios ministros, por sorpresa, tras deliberación en Consejo de Ministros y sin avisar a Bruselas.

Así pues, Rajoy ha abierto un nuevo frente en Bruselas pensando que le dará árnica para soportar los dolores que le acarrearán unos presupuestos elaborados a golpe de hacha, unos sindicatos que se afanan en la preparación de una huelga general y los socialistas que, aunque parezca imposible, se siguen metiendo en todas las salsas críticas que crecen contra Rajoy con el paso de las semanas en crisis. Nuestro gobierno, pues, en el prólogo mismo de su mandato, ha decidido discrepar de la Comisión Europea y de las ordenes que llegan de la hasta ayer queridísima compañera Merkel. Se abre así un nuevo escenario político de impredecible resultado.

Aznar, que también guerreó contra la vieja Europa, ganó algunas batallas con sus noes a la manera británica pero, al cabo, tendría que refugiarse en Estados Unidos, a cubierto del manto protector de Bush y sus republicanos más fieles. Las batallas contra Bruselas se deben de preparar muy bien y es necesario siempre acudir a ellas rodeado de aliados y razones de peso. ¿Arranca Rajoy con esos deberes hechos?. No parece.

De momento, lo único que ha conseguido es sorprender a la opinión publica y coger a contrapié a los socialistas, a los que tratará de arrastrar para que le acompañen en ese empeño. Las próximas semanas serán del máximo interés en este terreno. Se trata de averiguar si la cosa va en serio o lo que se pretende es crear un enemigo exterior que cargue con parte de las responsabilidades del propio gobierno.

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