

De los proyectos minoritarios es bueno hacerse eco, a veces, despiertan más interés del previsto -porque los modestos también pueden y deben marcarse metas-. Hace un año echó a andar Algón, una editorial que ha apostado por el ensayo, un género poco popular, y además de tipo político y económico. El esfuerzo por hacerse un hueco en las librerías sería idéntico al de otros sellos editoriales si se prescindiera de un factor: la crisis profunda y no sólo económica que vivimos. Ser plataforma de análisis detenidos y críticos no parece encajar con la inmediatez y la concisión que demandan los lectores (on line, añado, porque parece que “los otros lectores” ya no existimos para las estadísticas). Sin embargo, resulta más y más preciso recuperar a intelectuales, pensadores, economistas, literatos, periodistas y fotógrafos de prestigio a nivel nacional e internacional para que nos orienten, en ocasiones recordando el pasado, sobre qué nos está pasando. La contundencia de los autores y asuntos que tratan los títulos de su breve catálogo hacen dudar de que se trate de una editorial recién llegada. A lo mejor hace mucho tiempo que era necesaria. El pensamiento siempre lo es.
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