Septiembre de Aniversario

Las Torres Gemelas de Nueva York
Fotografía: Las Torres Gemelas de Nueva York
Las Torres Gemelas de Nueva York
Las Torres Gemelas de Nueva York

El mundo se nos transformó tras la destrucción de las torres gemelas neoyorkinas a causa del atentado terrorista islamista del 11 de septiembre de 2001. Todo lo que ocurre desde entonces viene trufado por los odios y el miedo que inundaron el mundo aquella mañana. Ni siquiera la crisis económica más grave desde la II Guerra Mundial, que aún nos aplasta, desplaza de nuestro ánimo esa voz que nos alerta de que todo puede empeorar aún más. En casi una década no hemos podido, sino muy al contrario, debilitar ese terror que nos amenaza bajo turbante y crece a nuestro lado. Dos guerras abiertas en Irak y Afganistán con soldados de todo occidente implicados y el mayor despliegue de inteligencia desde la Guerra Fría siguiendo el fenómeno yihadista, no son suficientes para detener esa hidra. La posición de USA y sus aliados se deteriora tanto por su ineficiencia en la lucha contra ese bandidaje como a consecuencia de la crisis económica. La factura principal de estas guerras la pagamos en Occidente. Al resto de potencias regionales casi ni les toca. China sigue en lo suyo: crecer y crecer y extenderse por todo el mundo. Brasil, que ya decide sobre América Latina, y Rusia. El imperio de Pushkin tiene su propia pelea histórica con el islamismo separatista, pero ni siquiera en los peores momentos (a excepción de la crisis como consecuencia de la invasión soviética de Afganistán) aquellas guerras han tenido consecuencias graves más allá de la región. Así las cosas, el ciudadano europeo y norteamericano cada vez entiende menos por qué tiene que soportar ese goteo de ceremoniales mortuorios con sus soldados. Y comprende aún con mayor dificultad como teniendo los ejércitos más sofisticados del mundo no podemos con unas bandas de señores armados de fusiles y bombas. La preocupación de nuestros gobiernos es tan grande como su falta de ideas felices. Las pulsiones abandonistas son las más rentables a corto, pero nadie puede asegurar que nuestra posición en el mundo pueda retroceder aún más en los próximos años si dejamos ya aquellos frentes. A pesar de lo que el refrán nos cuenta, la victoria no llega a quien se retira a tiempo, sino que la obtiene aquel que mejor utiliza la inteligencia y la fuerza. Nada de esto creo que esté ocurriendo en estos momentos.

 

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