La Fusión

El eterno anuncio de fusiones inminentes entre entidades financieras ha acabado por materializarse en serio cuando superamos el año y medio de crisis financiera internacional y tocamos el segundo año de legislatura del nuevo mandato de Zapatero. Tras meses de especulaciones sobre qué modificaciones legales habrían de realizarse para concluir con la unión de cajas de ahorro de diferentes regiones y después de llegar a realizar dibujos sobre «uniones virtuales» de entidades de una misma comunidad para que «no se perdiera el nombre, la identidad y acaso la independencia jurídica», de ninguna de ellas, la crisis ha acabado imponiendo su ley llevando a la fusión (absorción) entre la mayor caja andaluza, Unicaja, y la Caja Castilla-La Mancha. Es harto sorprendente que tras años de lamentos de los cajeros de las grandes y medianas porque no se les permitía estas operaciones, hayamos desembocado ahora en el encuentro de la andaluza y castellano-manchega como el que no quiere la cosa, sin trabas, fácil… Quién les podría haber dicho tan sólo hace medio año a Braulio Medel, presidente de Unicaha, o al presidente Chaves que para llegar a la gran caja andaluza deberían vadear antes por tierras de El Quijote para absorber su primera caja. El proceso, claro, aún no esta concluido. Medel quiere que la fusión/absorción de la manchega no merme la solvencia de su saneada entidad. Hace bien, pues, en exigir a las autoridades monetarias y al gobierno seguridades. Pero sea cual sea el resultado final de este episodio económico y político siempre nos quedará una buena noticia: hubo una caja andaluza lo suficientemente fuerte que podía amortiguar la caída de otra entidad notable, aunque muy dañada, sin que se hiciera añicos la confianza de los impositores castellano- manchegos.

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