La despensa de Gelves parece una chácena de teatro desvencijado. Los alimentos y sus vasijas se aprietan contra un muro de ladrillo oscurecido por el tiempo. Allí donde debería estar colocado un sombrero de espadachín, reposa una hermosa escarola; en el lugar apropiado para las capas, los mantones, fulares y Seguir leyendo
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