LOS ESTEROS
En San Fernando todos los niños saben
qué son los esteros. Esta palabra en su mente
enciende la luz del agua.
MEDIA VIDA
Mi media vida
estaba en su mano,
la otra media, más seca,
tendida a la espera.
Así un día
y otro
y mil.
No ocurrió nada .
No vino
ni ella,
ni nadie.
El viento se apagó,
murió la melodía,
la luz echó el velo
y nació el silencio.
EL DERRUMBE
La tierra llega dormida,
le ha sentado mal la noche.
El amanecer adelantado
y la oscuridad tórrida
le han atorado. Quiere luz
y tranquilidad de brisas
con rocío.
Pero el bosque brama solano
y hasta el búho calla. El pájaro
lo mató la sed del arroyo:
arena el pico y las patas
sierra. El pino es de agujas
en punta. Solo un verde recuerdo
de resinas en estampida.
No reconoce el valle,
ni oye los días;
solo el paso resecos
de árboles que abandonan
y la tristeza honda con sabor
a incienso vacío late en sus crujías.
Recuerda que vino del fuego
y luego de los arroyos.
Ya nada de aquello queda:
ni agua, ni fuego, ni aire.
Solo poquedad, malestar y derrumbe.