La Pintora Teresa Muñiz

Cuando llegué a conocer la pintura de Teresa Muñiz, la artista ya había realizado sus más notables tránsitos creativos. Se me presentó como una creadora plástica total, acabada, personal, segura…como si el camino hacia su esencia estuviera, si bien no totalmente cumplido, si muy cerca de tocar su propio sueño.

No soy conocedor del mundo del arte y menos aún del territorio que manchan los plásticos; simplemente los observo y me emociona su obra o no. Teresa Muñiz está un paso más allá de esa emoción. Su pegada no se me desvanece de los ojos al apartarlos de sus óleos o acuarelas sino que, muy al contrario, la impresión obtenida se filtra por los millones de registros de la memoria y esos ríos tan propios del espíritu que se precipitan en busca de la felicidad.

Los cánones del momento la clasifican como abstracta, o simbolista abstracta o impresionista abstracta. Será. Esos encasillamientos me importan nada, no vivo de ellos y, si soy sincero, casi ni los entiendo. La obra de Teresa Muñiz es para mí un universo pictórico lleno de secretos preñados de músicas que nunca rematan en melodías repetibles y fáciles. Es una abstracción de color, sí, pero que asienta sus pies sobre una robustísima cultura pictórica  y un refinado olfato para disfrutar sólo de lo esencial.

Es una obra tan sedosamente rotunda que a veces, creo, llega a incomodar a la propia creadora pues en numerosas oportunidades acaba sorprendiéndola con leves cruces de color, irisaciones y pequeñas quebradas que nos transportan a las lindes de la ternura y le dan una innegable personalidad.

Bueno, pues esta artista exquisita va a darle calidad y trascendencia a una serie de artículos sobre comida, vida y otros azares que inicio mañana,viernes 14 de diciembre en este blog. Seguro que la transparencia total que ha adquirido la obra de Teresa Muñiz ayuda a hacer más compresible al periodista que, como tal, siempre estará inclinado por el requiebro, el guiño aislado e incluso la ocultación en ocasiones. Para caminar junto a Teresa Muñiz hace falta ser auténtico pues su obra es refractaria a la impostura y la quincalla.

Teresa Muñiz
Teresa Muñiz

BIOGRAFÍA

Teresa Muñiz nace el 12 de enero de 1942. Asturiana de origen, su infancia transcurre entre Asturias y Madrid, desarrollándose en un ambiente familiar artístico que determinará su vocación pictórica. Estudia en la Escuela de BB.AA de San Fernando de Madrid. Se lincencia en 1969.

En Paralelo a su actividad pictórica desarrolla un trabajo didáctico creando en el año 1970 el Estudio de Artes Plásticas Teresa Muñiz que continúa funcionando en la actualidad.

En 1976 realiza la escenografía infantil de la ópera El Bosque de Sama estrenado en el Real Coliseum de El escorial.

Interesada por las técnicas gráficas realiza estudios de Xilografía y calcografía en Urbino y técnicas experimentales gráficas en Venecia en los años 1979, 1981. A partir de entonces desarrollará su trayectoria dentro del expesionismo abstracto. Viaja a Alemania y EE.UU. En 1987 trabaja como colaboradora en la Escuela de Diseño de Moda de la UPM.

En 1999, invitada por la Universidad de las Áméricas de Puebla (Méjico) realiza el taller de pinturas «técnicas del agua». Actualmente, abandonando la gestualidad de etapas anteriores trabaja en una obra pictórica más estructurada e intensa.

La biografía ha sido extraída de la página web de la artista www.teresamuniz.com en la que puedes conocer su obra, exposiciones, textos…

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Acerca de este blog

Este blog nace de la necesidad de contar algo, por insignificante que sea, sobre todo aquello que me interesa o inquieta y que casi siempre tendrá relación con la comunicación humana en su sentido más amplio.

La política, la economía, las artes, los placeres de la vida, como la gastronomía, el cine o la literatura tienen aquí cabida. El mundo actual en crisis se ha convertido en una noria de opiniones libérrimas, con frecuencia desencajadas, que se afanan en la crítica feroz más que en tejer futuro.

Los líderes sociales de aquí y allá, lo admitan o no, se han quedado sin respuestas. Continúan sus tareas con torpeza ayudados por viejas recetas que abandonan de inmediato porque ninguna le sirve.

En esta especie de equivocación colectiva en la que estamos embarcados, este bloguero sólo pretende vivaquear en nuestro azaroso caminar a tientas con la pretensión de encontrar en alguna ocasión esa pepita de luz que nos recuerde que la esperanza es la emoción humana más necesaria de recuperar en este tiempo.