El Grosero Silenciamiento de Alfonso Guerra. Al Vuelo 26

Cuentan algunos de los que asistieron al acto de homenaje a Felipe González en el viejo Palacio de Congresos de Madrid con ocasión del 30 aniversario de la formación del primer gobierno socialista, que nadie citó a Alfonso Guerra en sus intervenciones. Ni González, ni Rubalcaba, ni Zapatero, ni la moderadora. Y resulta muy llamativo que así sea tratándose de un acto como éste: la victoria socialista de 1982 y el arranque del primer gobierno socialista monocolor de la historia de España. ¿Es que Alfonso Guerra no significó nada en todo aquello?, ¿fue un actor más quizás como el resto de los ministros?. Todos saben que no fue así. Su intervención en el despliegue inmenso del socialismo español desde antes de Suresnes hasta bien entrados los años noventa es enorme, de parecida intensidad y valor a la de Felipe González. Entonces, ¿por qué se le silencia cuando de celebrar aquella efeméride se trata?. No lo sé, pero es seguro que alguien o algunos así lo han decidido. Y se trata de un acto ruin y miserable. Ni el PSOE, ni Alfonso se merecen este apagón de foco. Se pudo entender que, tras la ruptura política y más de Felipe y Alfonso, los que se quedaron con el partido apartando a Guerra, trataran de silenciarle. Pero han pasado ya demasiados años de aquello. Octubre de 1982 fue la mayor victoria de la historia del socialismo español, después de largas batallas políticas en las que el «general» Guerra fue, acaso, el más decisivo. Para salir del agujero en que está metido el PSOE necesita de todos sus activos. Arrinconar por más tiempo a Alfonso Guerra, aparte de una mezquindad, es un inmenso error. De seguir los herederos de Pablo Iglesias en esta deriva puede que al cabo de pocos años la única referencia cierta y reconocible del PSOE sea Alfonso Guerra.