Resistencia extrema

José Manuel Soria
Fotografía: José Manuel Soria
José Manuel Soria
José Manuel Soria

El presidente Rajoy se encuentra por enésima vez ante una situación extrema (desesperada diría un cronista deportivo). La dimisión del ministro Soria, atrapado por los Papeles de Panamá, cae como un tomahawk en el mismo puente de mando de la Moncloa, ese destructor político otrora invulnerable. Lo que desconocemos es si el capitán del barco estaba en el puente en el momento del impacto o sesteando o en el búnker de palacio. ¿Le tocó la metralla o salió ileso?

El estruendo es tan grande que el primer periódico de España, El País -que viene siendo contemporizador con el presidente gran parte de la legislatura-, escribió el sábado 16 en editorial que (la situación): «No da para más (…) cualquier idea de que el futuro de este país pase por Rajoy resulta grotesca si no alarmante (…) el PP tiene que regenerarse a fondo, reinventarse sin Rajoy».

Así las cosas, ¿aguantará o tirará la toalla? Si nos atenemos a su extensa biografía de hombre anfibio, que aguanta bajo el agua de la política más que los buscadores de perlas bajo el océano, debemos pensar que persistirá en su empeño de permanecer en la presidencia y ser de nuevo candidato del PP en las que parecen inevitables elecciones de junio. Se pertrechará de buenas encuestas para tranquilizar a los suyos y sorprender al ciudadano y, a falta de logros de gobierno evidentes, pues el mantra de la recuperación se le derrite como mantequilla sobre la tostada ardiente, volverá a tirar del manual clásico: leña a Pedro Sánchez hasta la extenuación.

De su esforzado fracaso por formar gobierno, los negros escribanos del PP construirán un relato que concluirá en que el mal de España es Pedro Sánchez y las políticas de los socialistas. Mas, si acaso estas cataratas de palabras como espinos resultan insuficientes, siempre tendrán a mano para llevar a escena a ese nuevo demonio de Tasmania llamado Pablo Iglesias.

Pero lo anterior no es significativo, ni siquiera relevante; la consecuencia grave del empecinamiento de Rajoy es que su agonía de años viene desgarrando las instituciones clave del Estado y, con ello, la imagen y autoestima de España y sus ciudadanos hasta niveles muy preocupantes. La quietud, su ausencia, el desapego, la carencia de explicaciones, el inexistente liderazgo del Presidente de Gobierno en un país donde su figura y atribuciones semejan a la viga maestra de los edificios, es difícil que no afecten seriamente a la osamenta central del Estado.

Ocurre así que ha abierto una fría brecha de desconfianza en las relaciones con el Rey, desoye, con su gobierno, las peticiones del Parlamento que le pide explicaciones sobre sus acciones, arremete contra los jueces si no fallan a su gusto y entabla una guerra con las Comunidades Autónomas olvidando que son tan Estado como el gobierno de la nación.

Su empecinamiento en resistir nada tiene que ver con «el bien de España» sino con un interés propio que no alcanzamos a conocer. Puede que sea de nuevo candidato y puede incluso ganar las elecciones de junio. Pero, ¿podrán hacerse cargo con solvencia de los problemas del país un hombre y un partido tan dañados? Nadie lo cree. Este país necesita del concierto de varias cabezas que piensen diferente pero que sean conscientes de que caminamos sobre un volcán. Nadie con tanto pasado a la espalda puede conducir con dignidad este país, aunque gane las próximas elecciones.

2 comentarios en «Resistencia extrema»

  1. Todavía me estoy riendo ppr que «el panamá» le sienta como a un santo dos pistolas. Quien se lo iba a decir a un Soria que se escapó «milagrosamente» de tantos fregados…

  2. Sí, de acuerdo, pero Rajoy quiere irse – no quiere, pero sabe que no da para más – por la puerta grande y no por la de servicio y para ello necesita nuevas elecciones en las que con entre 25 y 30% del voto, esa es su esperanza, repita más o menos resultados y entonces como ganador, si es necesario se sacrificará entre honores a su sentido de Estado dejando a su partido colocado en el gobierno casi con toda seguridad.
    Y para ello golpeará a Pedro Sanchez, no tanto al PSOE porque su ecuación es gobierno = PP + ¿C’s o PSOE? y eso sí potenciará como lleva haciendo a Podemos porque eso es para él limitar al PSOE en los resultados y después en los acuerdos para lo que a lo de la conjunción «roijiparda» Partido comunista – Partido nazi en la Alemania de Weimar se potenciarán mutuamente boicoteando soluciones centrales que pasen salvo como monaguillos a C’S y a PSOE sabiendo el PP que con ello, el eventual ascenso de Podemos, se garantiza el PP su vida en el gobierno, compartido o sólo, y a C’s ya lo absorberá como ha ocurrido antes con otras formaciones de centro derecha o derecha regional o eso espera y a Podemos bajo el nuevo camarada «hombre de acero» Gran Timonel, Querido y Gran Líder con ser oposición primera de momento le vale y ya llegará el gran día que el profeta Anguita anunció en el que el PP cual DC italiana gobernará con otros mientras el PCI ocupaba su papel no el gobierno central pero con sillas suficientes. Bueno lo que anunciaba Anguita era otra cosa, pero da igual no se enteró de nada hasta que fue tarde y entonces, sostenella y no enmendalla cual creyente taliban.
    Crudo lo tenemos salvo que de forma bifronte por un lado o por otro, pueda salir adelante un PSOE – C’s porque contar con Podemos … y cuando este se coma a eso que resta de IU … ni te cuento

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