Nuestros amigos, Andrés y Carmen, nos invitan a cenar en su casa. La noche está templada y comemos en la terraza. Varios platos y poca cantidad. Vino de cuerpo ligero, un roble de Pago de Capellanes, y un chupito en la despedida traído del valle del Silencio berciano. La sorpresa, Seguir leyendo
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