Una rosa in memoriam

Una rosa in memoriam
Fotografía: Una rosa in memoriam
Una rosa in memoriam
Una rosa in memoriam

Nuestro singular país ni siquiera se ha puesto de acuerdo en la manera de condenar al terrorismo. En el País Vasco continúa activo un movimiento nacionalista separatista al lado de ETA después de que esta dejara de asesinar, y cuando Al Qaeda reventó varios trenes en Madrid, asesinando a 190 inocentes y dejando un reguero de heridos y damnificados por millares, un PP en la oposición que no esperaba, alentó todo tipo de sospechas que implicaban incluso a los socialistas en aquella trama criminal. Así las cosas, hubo centenares de perjudicados por las bombas del 11-M que no recibieron el consuelo (y en ocasiones las ayudas) de una parte significativa de nuestros políticos y su amplia cohorte de apoyos.

El tiempo, que baja de los púlpitos a políticos, magistrados, fiscales, empresarios, periodistas y más, se viene encargando de acortar distancias y diluir rencores. Este año 2016, por fin, se han podido dar la mano todos en recuerdo de aquella carnicería humana del 11 de marzo de 2004. Ojalá nadie se vuelva atrás en el camino que ahora se inicia. Porque hasta Podemos, que ha llegado para cuestionar todo lo realizado en este país desde la muerte de Franco, baja la mirada y contempla la rosa.
En el norte, sin embargo, las ascuas no se consumen del todo. Hay demasiados terroristas en la cárcel y el olor de la sangre y el sabor del miedo aún no lo han lavado las lluvias caídas ni dispersado los vientos. Aunque no son estas las causas que determinan que los frentes se mantengan abiertos, sino que ETA, su memoria (¡vaya memoria!) y su épica (?) continúan siendo el sustrato del que se alimenta Bildu.

Y en estas sale de la cárcel Otegui. Entre vítores y gritos de ¡lendakari !, ¡lendakari!, se cuela la voz de Pablo Iglesias calificando al dirigente etarra de preso político. El revuelo (estupor y repulsa) fue grande, pero en pocos días se volvió al silencio hasta que el pasado sábado, Bárbara Dührkop, viuda del senador del PSOE Enrique Casas, asesinado por ETA, publicó en el diario El País una carta abierta dirigida a Pablo Iglesias, que viene a resumir en una sola pregunta todo el debate: ¿Dónde está usted, señor Iglesias? Y escribe: “Como víctima echo de menos en sus intervenciones tan elocuentes y trufadas de referencias al pasado, alguna mención a estas páginas tan negras de la historia de Euskadi y de España (…). Usted solo conoce la historia por lo que ha leído o le han contado, pero nosotros la hemos sufrido. No le pido que se ponga en nuestro lugar, solo le pido que no lo haga en el de ellos”.

Es evidente que Podemos también tiene que resituarse en el epicentro del dolor de España. Una tarea más.

Un comentario en «Una rosa in memoriam»

  1. Sobre el Querido Gran Líder Pablo Manuel, lo de llamarle Pablo Iglesias sin lo de el malo, es un insulto para el otro, el bueno, sólo hay que dejarle hablar porque por sus actos y palabras le conoceréis, y ya se sabe, si quieres saber quien es pablillo dale un carguillo y este sin carguillo, o con él, depende cómo se vea, ya se ha retratado incluso haciendo si no bueno, aceptable con los ojos y nariz tapada, a Rajoy.
    Así está la Universidad … y la, coloquialmente, llamada izquierda.

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