El Enigma Pujol

Jordi Pujol

Pujol ha admitido que mantuvo dinero en paraísos fiscales por décadas. Más que una noticia de impacto parece una sensacional revelación literaria. Su alcance tiene un aliento más largo que el que suele crecer en las redacciones periodísticas. El Pujol que se nos descubre no se parece en nada al que conocíamos: es otro. Adquiere una dimensión misteriosa y muy larga. Ya no es el padre del nacionalismo catalán moderno, ni el el hombre de los conchabeos con Madrid, mientras barría para el palacio de Sant Jordi. Es la encarnación misma de Enigma, aquella máquina inviolable durante muchos años que, en manos de los nazis, sirvió tanto para cifrar como descifrar mensajes secretos. Pero a diferencia de Enigma, cuyo secreto fue vaciado por los ingleses, a Pujol nadie había podido descodificarlo. Ha sido él mismo quien ha cantado sus claves.

Ahora rugirán atronadoras cataratas de palabras con la pretensión de desvelar los secretos de Pujol y sus consecuencias, pero poco conseguirán; acaso ni lleguen a sumar el monto de dinero distraído e ilegal escondido (como también ocurrirá con Bárcenas). Aunque en realidad tampoco esas pesquisas importan demasiado. Al fin y al cabo sólo tratarán de asuntos relacionados con dinero. La verdadera dimensión del otro Pujol, de Enigma, la encontramos en la sugerencia que nos hace su petición de perdón. El poco honorable Pujol ha abierto todas las ventanas a la imaginación de poetas y escritores; policías y ladrones; misteriosos empoderados del ocultismo y reyes de la fábula. El Enigma Pujol empieza a ser deconstruido a partir de ahora.

Curiosamente, en el mismo instante en que Pujol descubría el secreto de su pasta negra, el irreverente y formidable comentarista Carlos Boyero escribía, a propósito de la sobresaliente serie norteamericana sobre corrupción en la política, «House of Cards«, lo siguiente: «No me imagino a este terrible manipulador en la política española. Los malos nos joden igual en todos sitios, pero los de aquí son muy cutres». Ya sabemos que no es así. El otro Pujol seguro que esconde un inmenso caudal de materia para escribir grandes series de calidad. Falta el escritor que remueva en las sentinas de las bodegas de su alma.

2 comentarios en «El Enigma Pujol»

  1. La pasta es la pasta … y el susurro de la corrupción en Cataluña a la sombre convergente que se oia como eso, un susurro en voz bajita, que resonó en forma de 3% para volver a diluirse, retorna con sonidos de trompetas de Palau, ITV, cursos de formación, prórrogas concesionales, etc. de forma que bajo las plácidas aguas parece que al igual que en las valencianas, había fuertes corrientes turbulentas, inexplicables, bueno no exactamente inexplicables sino impresentables y corruptas cual aguas de pozo negro.
    Y que pestilencia y desvergüenza, ¿cómo es posible discursear sobre hacer país, solidaridad, fiscalidad y no sé cuantas más cosas, mientras se tiene la bolsa escondida …. y engordando mientras se discursea al ciudadano?

  2. Robar del saco de todos , siendo condenable , puede ser explicable en la medida en que el ladrón nunca se ha identificado con esos todos sino todo lo contrario .

    Robar la bolsa del pobre al que el ladrón dice estar defendiendo tiene
    otros tintes mas indigeribles , mas siniestros .

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